Si el sismo de 3.8 de magnitud registrado ayer a 23 kilómetros al NorEste de Huancayo y que ocurrió por la activación de la falla del Huaytapallana, hubiera sido de magnitud 8 los efectos serían desastrosos. “Lo primero que causaría es el desembalse de las lagunas que forman el nevado”, manifestó el subgerente de Defensa Civil del Gobierno Regional de Junín, Adolfo Prialé.
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“La masa glaciar es totalmente frágil, como un vidrio y al ocurrir un movimiento sísmico genera desestabilidad, por la fragilidad puede caer y generar el desembalse de las lagunas Chuspicocha y Lasuntay”, precisó.
Recordó que en julio y octubre del año 1969, ocurrió un sismo, cuando se fracturó el nevado Huaytapallana, lo cual también generó una escasez del agua en la ciudad de Huancayo.
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El funcionario, dijo que ante la ocurrencia de un sismo se evalúa la vulnerabilidad por exposición, de las localidades cercanas al epicentro. Otro punto, es que se evalúan la fragilidad, cuando las vivienda y la infraestructura de las edificaciones son de material rústico sin refuerzos estructurales como en las casonas de la zona monumental de Huancayo y los asentamientos humanos que se extendieron hasta los cerros, donde hay viviendas rústicas o de material noble, sin ningún planeamiento urbano.
Asimismo, pidió que la población se prepare antes, durante y después del sismo que podría ocurrir en cualquier momento y nos encontraría desprevenidos.