Los moradores de la cuarta cuadra de la calle Ayacucho, en Chincha Alta, están a no más de 10 minutos de la empresa Semapach y sin embargo no obtienen respuesta a la problemática que atraviesan desde hace unos días; no contar con el servicio de agua potable. Según las familias afectadas llevan una semana sin recibir el elemento vital por el que pagan mensualmente tarifas que superan los 40 soles.
El jueves por la noche los vecinos tuvieron que colocar sus recipientes en la vía pública para almacenar un poco de agua que traían en cisterna. Refieren que el apoyo no fue de ninguna autoridad, sino de una persona que tomo conocimiento de la carencia en este sector chinchano. Después de ello no han vuelto a recibir ayuda para mitigar la falta de este elemento que se da en plena emergencia sanitaria.
Reclamo de vecinos
Catherine Lazo, pobladora de la zona, indica que ya comunicó a Semapach sobre este problema que viene desde hace una semana. Asegura que pidió el envió de cisternas para paliar la carencia del servicio, sin obtener una respuesta favorable. Ayer, ella y otros moradores comenzaron a llenar sus recipientes del caño de un vecino que repentinamente comenzó a dotar de agua. No obstante, la presión era deficiente para atender la demanda.
El desabastecimiento obligo a esta ciudadana a detener su negocio, que era su fuente de ingreso para sostener a su familia. Lazo lleva una semana sin poder preparar gelatina, chupetes y otros que vende al público recorriendo las calles de la ciudad. Durante estos días no ha tenido ganancia y debe de gastar sus ahorros para ir a la casa de algún familiar con la intención de traer agua que destina para cocinar los alimentos de sus hijas.
“Ayer (jueves) he pagado mi recibo, y no tengo agua. Ahora nos dicen vayan a reclamar a Semapach y ya yo he ido, porque esto es todos los años y nos hacen ir por gusto a perder el tiempo”, señala la usuaria. Otra preocupación de los pobladores es que el no contar con el servicio de agua, por razones que ellos desconocen, no pueden realizar el lavado de manos en una coyuntura sanitaria en la que sigue vigente el letal coronavirus.