La Municipalidad Provincial de Chincha y la División Policial desde el martes ejecutan un plan operativo en las calles adyacentes al Mercado de Abastos. La finalidad es recuperar las pistas y veredas en aplicación de las normas municipales que establecen la prohibición del comercio ambulatorio. Así también se retiró los vehículos que son aparcados en las zonas que están declaradas como rígidas para la instalación de paraderos.
Ayer, un contingente policial, junto a los municipales volvió a recorrer la calle Chachapoyas, Nicolás de Piérola, Santos Nagaro y otras que estaban ocupadas por vendedores informales. La presencia de las autoridades alejó a los comerciantes de abarrotes, verduras, frutas, carne y demás que persisten en realizar su actividad en la vía pública, afectando la transitabilidad vehicular y peatonal en esta parte de la ciudad.
El Subgerente del Servicio al Ciudadano del concejo provincial, Luis Céspedes Medrano, indicó que con estas intervenciones se están dando cumplimiento a las ordenanzas municipales que “declaran las zonas rígidas y prohíben el comercio ambulatorio”. Explicó que se tratará de ir recuperando el “orden que necesita la provincia”, y que por ello se inicia con estos sectores críticos: transporte y comercio.
Playa de estacionamiento
“Los comerciantes deben de entender que las calles solo deben de ser utilizadas para transitar”, comentó el funcionario que participó en el operativo que viene desde la mañana del martes. Céspedes invocó a los informales que cumplan con la disposición para evitar la sanción y retención de su mercadería “no se quiere abusar de los comerciantes, sino que se recuperen las calles para el uso de todos”, agregó.
En el operativo también se recuperó parte de la Av. Óscar R. Benavides (altura del Mercado de Abastos) que era utilizada como playa de estacionamiento para vehículos tanto de servicio público, como de transporte privado. Además, se procedió con remolcar los autos, motocicletas y demás unidades que sus propietarios habían dejado estacionados en las arterias que son zonas rígidas.
No obstante, las calles y avenidas pese a la aplicación de las normas volvieron a ser tomadas por los informales. Y es que al retirarse los policías y los municipales retornó el caos vehicular y peatonal a estas vías en donde los comerciantes que no tienen un puesto formal pugnan por ganar espacio a los transportistas en su intento de ofertar su mercadería sobre la calzada y vereda que son de uso público