Cientos de familias desde hace 17 años, cada 15 de agosto, acuden al Cementerio General de Pisco para visitar a sus seres queridos tras fallecer en el terremoto de 7.9 grados de magnitud con epicentro en la ciudad de Pisco.
Historias
Tal es el caso de la señora Inez, quien perdió 10 familiares y se le encontró limpiando a pesar de su avanzada edad la tumba de su hija, la cual falleció en el interior de la Iglesia San Clemente, juntamente con sus demás familiares.
“Jamás cerrarán estas heridas en el corazón, mi hija joven aún acudió a la misa en la iglesia San Clemente; yo también iba acudir, pero por una dolencia en mi salud mi hijita fue en mi representación, como madre cada día al recordarla es un dolor inmenso que no lo puedo remediar”, señaló con mucha tristeza la adulta mayor.
En las diferentes tumbas se evidenció escobas y demás útiles de limpieza, pero también se notó lágrimas en los ojos de muchas personas al ver las fotografías y recordar ese fatídico día que en 3 minutos acabó con las vidas de 595 personas.
Camposanto
Rufino Peña, presidente de la Beneficencia de Pisco, dijo que “el cementerio de Pisco no estaba preparado para recibir gran cantidad de cuerpos y el inesperado espacio que se utilizó demuestra ello, ahora la preocupación como institución responsable del camposanto es que en caso ocurriera otro sismo de magnitud y por consecuencia la cifra de muertos sea elevada, el cementerio no tendría la capacidad de poder albergar a las víctimas”.
El presidente de la beneficencia realizó un llamado a las autoridades centrales a ayudarlo a encontrar un terreno amplio para poder establecer el nuevo Cementerio General de Pisco, ya que el actual se está quedando sin espacio.