Por Saniel E. Lozano Alvarado
Con motivo de la celebración del Día del Trabajo, que en el Perú se estableció en 1932, es pertinente fijar la atención en el tema respectivo, no solo por parte de nuestros creadores literarios, sino también de los editores, comunicadores, promotores, educadores de niños y jóvenes de nuestro sistema educativo.
MIRA AQUÍ: La Libertad: 509 mil alumnos regresan hoy a la presencialidad
En realidad, no obstante su tremenda significación y trascendencia humana y social, no es muy fecunda la literatura sobre el tema laboral, lo cual no significa tampoco que esté ausente; hace falta, eso sí, una mayor atención a nivel de los estudios superiores, así como una mayor difusión en los planes lectores y de literatura regional. Como plasmación literaria, el tema se ha manifestado principalmente en la novela, el cuento y la poesía.
“EL TUNGSTENO” (CÉSAR VALLEJO)
Indiscutiblemente, el múltiple y fecundo César Vallejo, que exploró casi todos los temas literarios, es el iniciador de la literatura proletaria en el Perú, desde que publicó “El tungsteno”, ambientada precisamente en el asiento minero de Quiruvilca, denominada en la novela con el nombre de Quivilca, perteneciente a la provincia de Santiago de Chuco.
“LÁZARO” (CIRO ALEGRÍA)
Asimismo, contra la afirmación muy difundida de que el talento narrativo de Ciro Alegría se había agotado en sus tres conocidas novelas, “Lázaro”, escrita en Cuba y publicada en forma póstuma por la viuda del novelista, reafirma lo falso y apresurado de tal afirmación. En efecto, en lo fundamental, dicha obra es de carácter social y laboral, cuyas acciones giran en torno a los problemas y luchas reivindicativas de los trabajadores agrarios. Las acciones principales se desarrollan en el eje de Trujillo (ciudad Almagro en la novela) y Laredo (o Lares); es decir, tanto el tema como el espacio geográfico y social son marcadamente realistas, pues el propio autor interviene como personaje bajo el nombre de Anselmo Valdivia.
“EL RETOÑO” (JULIÁN HUANAY)
Se trata posiblemente de la única novela producida por un obrero autodidacta, pero de marcada convicción y lucha social. La obra sigue la odisea y las peripecias de un niño campesino que deja su comunidad en la sierra central del país con dirección a Lima, en procura de un futuro mejor para sí mismo y de su familia. En su trayecto desempeña diversas ocupaciones signadas generalmente por la explotación y el desamparo, hasta que logra llegar a la gran ciudad, donde se pierde en la masa anónima de quienes ven a la capital como aspiración primordial para desarrollar su vida.
“VOLCÁN DE VIENTO” (ROBERTO ROSARIO)
Esta obra contemporánea pertenece a Roberto Rosario Vidal, experto en literatura infantil, extraordinario promotor cultural y escritor testimonial, que escribe desde la propia experiencia como funcionario de empresas mineras en varias partes del país. El tema gira en torno a la extraña muerte de dos obreros también de las minas de Quiruvilca, lo que determina la paralización de los trabajos, la agitación laboral y el secuestro de varios profesionales. El escenario es también Quiruvilca, ambiente social y laboral con dramáticas escenas de heroísmo, amor, traición y muerte. Al final del socavón se vislumbran determinados derroteros para afianzar el liderazgo del Perú como país minero.
UN LIBRO DE CUENTOS (ALEJANDRO PADILLA)
Curiosamente, no tenemos muchas referencias sobre el tema laboral en el cuento. Uno de los pocos libros en este género pertenece al escritor de Cerro de Pasco Alejandro Padilla Mayuntupa, autor de “Gaviota de metal” (cuentos mineros), en el que reúne cinco relatos, todos de tema laboral, que ha merecido el elogio de importantes críticos, como César Pérez Arauco y Luis Pajuelo Frías.
LA POESÍA PROLETARIA (VÍCTOR MAZZI)
Prácticamente ignorada en los estudios universitarios y literarios, incluso entre los sectores cultos, correlativamente a la literatura ilustrada también se desarrolla en el Perú una permanente poesía de tema proletario, producida tanto por distinguidos autores como por muchos creadores anónimos, que alternan el trabajo manual con la creación literaria.
Especialmente la poesía proletaria fija su punto de partida en 1956, con la fundación del Grupo Primero de Mayo, que precisamente estimuló la producción poética de los mismos trabajadores junto a la jornada laboral cotidiana.
Fruto de esa inquietud, hace algunos años se publicó la antología “Poesía proletaria del Perú” (1930 – 1976), prácticamente ignorada no obstante la esmerada calidad de varios trabajos, reunidos por el estudioso y crítico Víctor Mazzi Trujillo), y que incluye las creaciones de los Grupos Boedo, El Pan Duro, Barrilete y El Ladrillo.
Algunas de las voces poéticas incluidas son: César Vallejo, Luis Nieto, el propio antologista, Jorge Bacacorzo, Artidoro Velapatiño, Alberto Alarcón y el liberteño Leoncio Bueno, natural de la hacienda La Constancia, en el valle Chicama, autor de los poemarios: “Al pie del yunque”, “Pastor de truenos”, “Invasión poderosa”, “Rebuzno propio” y otras importantes obras.