Era una escena de terror. A solo dos pasos de una muñeca sin pelo, sobre el suelo de arena de una covacha, fue encontrado el cuerpo inerte de una niña de solo 12 años, quien nunca se imaginó que huir de su casa tras una discusión familiar le costaría la vida.
Además de un opaco y viejo cuadro de Jesucristo, en la precaria habitación había también una cama, bajo la cual, y envuelta en una frazada, estaba el cadáver.
Cuando sus familiares encontraron a la menor, en un terreno del asentamiento humano Los Lúcumos de Pachacamac, en Villa María del Triunfo, el cuerpo tenía moretones y signos de un ataque sexual.
La Policía Nacional del Perú (PNP) quizá pudo hacer algo para evitar este homicidio, pero como ocurrió en el caso de Sheyla Cóndor, la joven descuartizada en Comas, no prestó atención a los clamores de auxilio de quienes ahora son los deudos de la niña.
SECUENCIA
La víctima escapó la noche del sábado de su casa, luego de discutir con su madre cuando esta le exigió que le diga con quién conversaba por Whatsapp.
Los preocupados padres, luego, acudieron a la Comisaría de José Gálvez para asentar la denuncia por desaparición.
De acuerdo con familiares de la menor, no hubo ninguna acción por parte de la PNP.
Estos agregaron que la madrugada del domingo la abuela de la niña -quien no sabía de la ausencia- recibió varias llamadas de un teléfono desconocido, pero no atendió ninguna de ellas.
En la mañana del domingo informó de las llamadas a Enrique Huamán, padre de la víctima, quien desde el celular de la abuela marcó el número desconocido, que sonaba apagado.
Huamán intentó una nueva llamada, esta vez de un número distinto. Una persona le contestó en la otra línea.
“Él dijo que la niña estaba llorando. Cuando lo llamé otra vez, dijo que la niña se iba corriendo, que por eso no podía llevarla a la comisaría, además, porque estaba operado”, relató el padre en comunicación con RPP.
Luego, el desconocido entró en contradicción y pidió al padre de la víctima a que deje de llamarlo porque estaba trabajando.
“Era esquivo. Y ahí es cuando comienzo a sospechar”, refirió Huamán.
Cerca del mediodía del domingo, Huamán acudió de nuevo a la Comisaría de José Gálvez para entregar el número de dicho desconocido, pero no hubo respuesta rápida de la PNP.
Según los familiares, fueron ellos mismos quienes, con ayuda de un amigo, geolocalizaron al sujeto.
Los padres también entregaron esta información a la Policía, que solamente entonces comenzó a actuar.
“Para mí fue demasiado tarde la reacción, porque tuvieron el número desde el mediodía y esto pudo evitarse”, cuestionó Huamán.
Añadió que su hija pudo salvarse de la muerte, pues cuando la encontraron “la niña estaba tibia”.
SOSPECHOSO
Según Huamán, el desconocido responde al nombre de Yerson Alexander Juárez Tapia, quien confesó el crimen cuando llegó la madre de la víctima y la PNP al cuarto donde estaba el cadáver.
“Cuando llegó mi señora al lugar, el sujeto empezó a defecar (por el abdomen) delante de ella para que le diera asco. Estaba operado (con una colostomía). Pero igual ella entró”, dijo.
Ya en el cuarto de Juárez Tapia, la madre de la menor no encontró nada al principio. Pero tras rebuscar entre las cosas vio un bulto debajo de la cama, envuelto con frazadas y alfombras.
Cuando el sospechoso se da cuenta de que hallaron a su víctima, confiesa su crimen a la Policía y a la madre: “Sí pues jefe, ya la maté”, afirmó.
Luego intentó escapar, pero los familiares y vecinos del lugar lo detuvieron.
El padre de la víctima resaltó claro que la acción policial fue demasiado lenta.
IMPLICADOS
Según los familiares, hay un video en el que se aprecia que en dicha vivienda ingresan, entre el sábado y domingo, dos sujetos en una moto, con un paquete en la mano.
En la grabación no se aprecia con nitidez si uno de los sujetos es Juárez Tapia, por ello exigen que el caso se investigue con prontitud.
Lo que se sospecha es que el asesino no sería el único que habría actuado en el crimen, sino que otra persona más lo habría acompañado.
En el pasado caso de Sheyla Cóndor, cabe recordar, también se cree que otras personas habrían intervenido en el homicidio (ver ángulo).
Un informe preliminar de los peritos concluye en que la niña presentaba signos de violencia en su cuello y brazos. Por el momento también se investiga si la menor sufrió de algún abuso sexual.
A DESTIEMPO
Luego del asesinato de la niña y la falta de acción policial, el ministro Del Interior, José Santiváñez, prometió tomar rápidas acciones en el caso.
Ayer por la tarde, el Ministerio del Interior informó que se intervino la comisaría de José Gálvez, donde agentes policiales se negaron a recibir la denuncia de desaparición de la niña y de investigar el caso a tiempo.
En un comunicado, dicha institución aseguró que no habrá “espíritu de cuerpo, caiga quien caiga”.
“Por disposición del ministro Juan José Santiváñez, personal de la Oficina General de Integridad Institucional del Ministerio del Interior interviene la comisaría de José Gálvez, en Villa María del Triunfo, para investigar una presunta omisión de funciones por parte del personal policial, en relación a la denuncia por la desaparición de una menor de edad con subsecuente muerte”, reza el comunicado.
Al cierre de esta edición, el presunto asesino continuaba detenido y en poder de la Policía Nacional. La Fiscalía también indaga el crimen.