El Hospital del Niño de Breña pasa por su peor momento. A los más de 60 años de antigüedad que lleva a cuestas, se suman las obras inconclusas de remodelación que mantiene paralizados desde hace varios meses ambientes claves para la atención a niños y adolescentes.
En buena parte, el retraso se debe a que la empresa contratada abandonó los trabajos porque se habría declarado en quiebra.
El panorama es desolador. Paredes sin tarrajear, baldes con cemento, palos, cartones y cables expuestos lucen en diferentes ambientes que muy bien podrían ayudar a mitigar la alta demanda de servicio de salud.
Al respecto, la Defensoría del Pueblo ha pedido a los autoridades del nosocomio un informe sobre el plan de contingencia.
Por lo pronto, el hospital -que atiende solo con la mitad de sus salas de operaciones- ha solicitado mayores recursos al Minsa.