Las picanterías aún consevan las tradiciones culinarias ancestrales enriquecidas con el mestizaje cultural. Son lugares que nunca se perderán con el paso de los años, donde todo es hecho a base de cocina de leña que le da el sabor caraterístico de una buena cocina popular.
Fueron las picanterías las primeras en ser consideradas como un santuario del sabor en cuanto a gastronomía piurana. Otros los llamaban los “Chicherios” pues ahí también se expendían la sabrosa chicha de jora y donde no podia faltar el “cariñito” y se bailaba al compás del pick up.
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MUSEO DE SITIO
El cataquense Vidal Ipanaqué, tuvo la brillante idea de instalar un Museo de Sitio, dedicado a las picanterías. Un lugar para confundirse con todo lo concerniente a estos sitios de antaño, que servían además de degustar potajes, como escenario de grandes tertulias.
El museo “María Trelles” está ubicado en los interiores de la picantería La Percy (Tumbes 1009 Catacaos) y según nos cuenta el propulsor, la finalidad es lograr que los padres trasmitan a sus hijos las tradiciones de antaño, al rescate de lo ancestral, como es la elaboración de la chicha y como era una picantería, hoy considerada como “Patrimonio Cultural de la Nación”.
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ENCUENTRAN DE TODO
“Aquí tenemos los elementos propios y esenciales que constituían las “Picanterías” y que mi madre María Trelles Yóvera, guardaba como reliquías desde 1963, en este lugar de “tradición en el sabor”, los fue almacenando y ahora los ponemos al servicio, para darle vida a las “picanterías”, enfatiza.
“El lugar está hecho con material de quincha de adobe, esteras, carrizo, caña de guayaquil, orcones negros (manchados por el humo de la cocina o del mechón) y en tu interior guarda muchos elementos de lo que son las picanterías”, explica.