Decenas de originarios de la parcialidad San Lázaro de Chillihuani, jurisdicción del distrito de Cojata (Huancané), en el límite Perú- Bolivia, pidieron ayuda humanitaria a las autoridades de los gobiernos central y regional.
En esta parcialidad se juntan varios males, como la falta de servicios básicos (agua, desagüe), conexión de telefonía celular e internet, caminos sin mantenimiento, agricultura prácticamente inexistente y una ganedería de subsistencia.
Todo ello se mezcla en medio de uno de los inviernos más crudos en la cordillera; la población se ve obligada a soportar temperaturas por debajo de los 15 grados centígrados.El teniente gobernador de San Lázaro de Chillihuani, Víctor Raúl Chura Mamani, informó que las carencias son permanentes.“Para ir a la capital del distrito debemos caminar siete horas, tenemos ancianos en las casas, muchos necesitan curarse, pero no hay servicio de salud”, declaró.La educación es otro drama. Los niños de inicial y primaria deben trepar cerros que están a dos horas de sus viviendas para captar las señales de radios e intentar sumarse a la estrategia “Aprendo en Casa”.Los comuneros enviaron memoriales a los congresistas de la República, piden asistencia humanitaria, pero no son escuchados.