“Hacemos todo juntos menos el amor, porque me gustan las mujeres”, dijo Luciano Pavarotti cuando le pidieron hablar sobre su asistente Edwin Tinoco, un peruano que se convirtió en su mano derecha y que acaba de publicar el libro Pavarotti y yo a propósito de los 10 años del fallecimiento del famoso tenor.
Fueron 12 años que Pavarotti y Tinoco forjaron una relación bastante estrecha, al punto de considerarlo “el hijo que Dios nunca le dio”. Y ahora el asistente personal del fallecido cantante decidió escribir sus memorias para “rendirle un homenaje a alguien a quien quise muchísimo”, según le dijo al diario español El País en una reciente entrevista.
Edwin y Luciano Pavarotti se conocieron en el hotel Las Américas de Lima, donde Tinoco trabajaba. Se fue con él y se convirtió en parte indispensable de la vida del tenor. Llevaba su agenda y lo acompañaba a cuanto evento era invitado el italiano. Pudo conocer a artistas de la talla de Bon Jovi, Bono de U2 y celebridades como Lady Di.
El libro de Tinoco ha generado polémica, principalmente las páginas sobre el encuentro en 1995 de la entonces esposa de Pavarotti, Adua Veroni, y su amante, Nicoletta Mantovani, en el camarín de la sala de conciertos Royal Albert Hall, de Londres. Al final el famoso intérprete se divorció de Adua y se casó con Mantovani en 2003, con quien tuvo una hija a los 67 años.
Tinoco recibió 500 mil dólares de herencia del tenor y más de 500 corbatas. Asegura haber acompañado al artista el día de su muerte, el 6 de septiembre del 2007: “Él murió tomándome la mano”, señaló.
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