Cassandra, una vidente que llega al barrio de Las Lomas para leerle las cartas a Alessia y Macarena Montalbán, es el personaje que trae de vuelta a Carla Barzotti a la televisión, a quien encontramos muy entusiasmada por el retorno a lo que es su pasión. “Para mí, este regreso es muy especial, además es un papel bien interesante, yo de chica leía cartas y me gusta el tema del esoterismo de toda la vida. Extrañaba actuar, de verdad, y por eso no lo pensé dos veces cuando me llegó la propuesta para encarnar a Cassandra”, nos dice.
Dijiste que extrañabas actuar, ¿al empezar esta carrera imaginabas que ibas a quedarte en el imaginario de la gente?
Nunca lo pensé, pero me estás hablando de hace 25 años cuando yo empecé, ahorita tengo 53 años, ya ni me acuerdo mucho, la verdad, tanto tiempo ha pasado. Lo único que puedo rescatar de todo esto, es que es maravilloso quedarse en el corazón de las personas.
No todos lo logran, además ser considerada un símbolo sexual..
.Claro, ser un ícono es un privilegio, y aclaro que nunca he sido un símbolo sexual, he sido sensual.
¿Pero, ser un ícono sensual te trajo algún tipo de problema?
No, me dio la posiblidad de que interprete a la villana de la historia, a la maldita, la desgraciada, todas las villanas son fabulosas, atraen, conquistan y hacen sus maldades a través de la belleza. Además, no cualquier actriz puede ser villana, debe ser aburrido hacer el papel de buena.
Nunca encarnaste el rol de buena, pero eres una actriz ¿podrías haberlo hecho?
Un actor está preparado para todo, para poder interpretar cualquier papel que te pongan, a mí me encantaría ese reto.
¿Cómo se siente Carla en el presente?
Feliz, feliz, amándome cada día más, feliz con mi hijo que vive en Australia, el próximo año se gradúa de su doble maestría, en Economía Finanzas y Gestión Empresarial. Es un capo, estoy tan orgullosa de él, el 24 es su cumpleaños, ese chico es un éxito. Yo siento que he realizado un buen trabajo como madre, esa siempre fue mi prioridad como ser humano.
¿Por tu rol de madre te alejaste de la televisión?
Lo primero para mí siempre fue Paolo. Yo quería ser madre, siempre quise serlo, yo llegué a la televisión a los 24 años, me casé a los 27 y Paolo nació a los 28, y me dediqué por completo a mi hijo, mi prioridad siempre fue él. No me arrepiento de nada, es muy importante en el tema de la crianza de los hijos que crezcan contigo y que tú no te pierdas nada de su crecimiento.
Ahora que estás sola, tienes todo el tiempo del mundo para retomar tu carrera.
Yo no estoy sola, estoy conmigo misma, que es mi mejor compañía.
¿Cómo has conseguido esa estabilidad?
Es la sabiduría que te da la madurez, la gente a veces necesita el ruido, estar en compañía, no soporta estar sola, sale de su casa, no puede estar con el televisor apagado, necesita el ruido. Yo, no lo necesito, la verdad que soy una persona bendecida, tengo mucho que agradecer.
No todos logran disfrutar el estar acompañado de uno mismo, eso es un proceso.
.Así es, es un proceso, yo tengo clarísimo lo que me gusta y lo que no me gusta. Yo pensaba irme a vivir a Australia, pero ahora pienso vivir acá y allá, medio año. Mi hijo se gradúa y ya voy a comenzar a estar con él. Y claro que también quiero regresar a la televisión, por supuesto, ya sea en la conducción, yo feliz. La televisión se extraña cuando es la profesión que elegiste, a mí me gusta actuar, me fascina.
Por ahora, seguir esperando ofertas, viviendo el presente... Lo que a mí me toca es disfrutar de la vida, del ahora, de esta madurez, de esta tranquilidad que siento. Ahora vivo en Barranco, estoy a tres cuadras de la Casa Dasso, donde yo grababa las telenovelas con Iguana, entonces imagínate, las vueltas que da la vida.