“Pitillo” deja hablar a Hugo Muñoz y se pone serio. A pesar del maquillaje, la nariz roja y el vestuario de brillos azul intenso, hay un artista que defiende con firmeza su propuesta bajo la carpa. “Creo que hay ser cordialmente sinceros y decir las cosas como son. Yo soy un defensor del buen espectáculo de circo para que sea familiar, divertido y que tenga todos los elementos de un buen show; así lo he hecho desde cuando empezamos desde el año 2012”, afirma.
Tu crítica es directa y va a ciertos espectáculos que se hacen llamar circo...
Es única y directamente a los shows bajo una carpa, que no es lo mismo que un circo; poner cualquier cosa no lo es. Un circo tiene su propio lenguaje, su propia magia. Es el arte del asombro; no lo olviden. No paguen por lo que ven gratis en la televisión.
¿Quién tuvo la culpa de esta tendencia?
Tuvimos una época de auge de buen circo, pero desgraciadamente es por culpa de ciertos empresarios. Ellos saben que en julio todos convocan y apelaron a ese criterio de “pon cualquier cosa y llenas, porque igual la gente va al circo como borregos”. Ese fue el peor daño que se le pudo hacer al espectáculo, ya que la gente se decepciona y deja de ir al buen circo.
Muchos se dejan deslumbrar por ver a sus artistas del reality de moda en una carpa...
Y quieren tomarse una foto con ellos. Muy aparte de eso, en el circo también podemos ver a un chico musculoso o a una mujer guapa, con esas mismas características; pero los ves en el aire, haciendo maravillas con su cuerpo, no los ven acomodando vasitos o tuercas. Suena a lo mejor duro y mi familia me dice “no seas tan incisivo”, pero si no lo decimos así, la gente seguirá pagando por eso.
La esencia de un circo es...
En primer lugar, debe tener actos que causen asombro en la gente; lamentablemente hemos perdido el contacto con eso. También es básica la emoción por el espectáculo en vivo, esa magia de entrar a un recinto con mil personas y escuchar los murmullos de la gente que está ansiosa por lo que verá.
¿Sientes que el público, tras años de trabajo, al mencionar tu nombre lo asocia a un buen espectáculo circense?
Por lo menos yo trato de superarme cada año, busco que la gente que va al Circo de la Alegría se sienta tranquila y diga “acá no me van a embaucar”.
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Ni yo me lo tomo tan en serio. No soy Gastón Acurio, soy un payaso que busca salir a escena y robarte el show. Cada día es único. Pueden considerarte el mejor payaso del mundo, pero si sales y no haces reír a la gente, esta se decepciona. Lo he visto en otros casos.
¿Y has visto que los adultos en el circo se divierten más que los niños?
Claro, el adulto tiene el olor de la nostalgia y reacciona diferente a los pequeños. Si un payaso se cae de poto, el niño se ríe; el adulto puede ver hasta connotaciones filosóficas, porque finalmente todos nos proyectamos en él. El payaso es un inteligente disfrazado de tonto; muestra como un espejo lo que somos y lo recibe de manera triunfal. Siempre digo que el payaso es el triunfo del fracaso.
Hablando de fracaso, ¿alguna vez quisiste tirar la toalla o mejor dicho la carpa?
Mi viejito, que es payaso, del que tomé su nombre y me enseñó todo lo que sé, siempre me dice ante alguna situación de crisis: “En el peor de los casos, tienes tu ropita de payaso, tus zapatos de payaso. Te puedes quedar en la ruina, pero sabes que te maquillas y puedes ir a un plaza o a una fiesta infantil; nunca te vas a morir de hambre. Tu mayor riqueza no es lo que tienes; es lo que haces”.
Eres un payaso que le tenía miedo a los payasos. ¿Cómo hiciste?
Es verdad. A mí no me gustan; de chico les tenia miedo, pero le di la vuelta y nació “Pitillo”, el payaso que me hubiera gustado ver de niño.
PerfilHugo Muñoz “pitillo”
Se inició en el mundo del circo motivado por su padre, un reconocido payaso chileno. Hoy presenta su propio espectáculo que marca la diferencia, el Circo de la Alegría, en el Jockey Plaza.
Datos6 años tenía Pitillo cuando debutó bajo la carpa del circo.
1 de septiembre culmina la temporada del circo de “Pitillo”.