Killay, la hija de la popular Dina Páucar, recuerda como si fuera ayer cuando a los cuatro años subió al escenario en una de las concurridas presentaciones de su popular madre. Ante miles de personas y sin inmutarse, la niña se plantó frente al público para hacer un dueto con su mamá, sin presagiar que años después decidiría también incursionar en la música. “Siempre me ha gustado la música, en las actuaciones salía a cantar y mi mamá lo sabía. En sus cumpleaños entraba a su dormitorio y le cantaba diversos temas con mis hermanos, siempre he estado bien pegada a la música”, dice Killay, que populariza “De mí te vas a enamorar”.
¿Tu madre te incentivó al canto, te dijo: quiero que seas mi heredera? No, fue algo muy natural. Recuerdo que cuando algunos canales venían a entrevistarla ella siempre mostraba toda la colección de polleras que tenía, y decía: lamentablemente mis hijos tienen otros rubros y bueno estas polleras quedarán para un recuerdo. Ella no imaginaba que yo seguiría sus pasos y que ya escribía mis temas en silencio, sin que nadie lo supiera.
¿Y en qué momento decides asumir profesionalmente la música? Fue después de la pandemia, porque a ella le costó volver a los escenarios y quise acompañarla, no solo para que ella venza su miedo, sino también para yo vencer el mío. Sabía que ya era el momento de empezar, pero al mismo tiempo seguía estudiando. Inevitablemente llegó el punto en el que ya tuve que decidir qué hacer, y decidí dedicarme de lleno a la música.
Siendo la hija de Dina Páúcar es inevitable que se generen las odiosas comparaciones.
Es lógico que tenga no solo ciertos rasgos físicos de ella, también en el tema de la voz, pero es mi madre ¿No? Pero yo creo que estoy formando mi propio estilo, creando mis propias canciones, mis propias letras, no trato de imitarla ni cantar igual que ella, creo que sí lo haría no lo lograría tampoco porque ella tiene un estilo muy peculiar y tiene una voz única.
¿Cómo es Dina mamá y artista?
Además de mamá, es una gran amiga conmigo y con mis hermanos, puedo confiar en ella, puedo pedirle un consejo porque siempre está ahí. También es una buena hermana, una buena esposa, una buena hija, hace muchas cosas que puedo tomar de ella como ejemplo. Como artista, también es un gran ejemplo para mí porque ella a través de su música puede conectarse con los corazones de la gente y eso es algo que a mí me gustaría lograr. Ahora que trabajo con ella, hace ya más de un año y medio, es la mejor maestra que puedo pedir, porque siempre me aconseja sobre la técnica, me aconseja cómo interpretar una canción.
¿Qué ejemplo te da ella respecto a su relación con el público? La verdad es que es muy amorosa con sus seguidores, a cada lugar que vamos, costa, sierra, selva, o en distintos países me emociona ver cómo la gente la quiere, los veo llorar, la quieren tocar, quieren una foto con ella, un abrazo suyo, y eso es muy lindo. Mi mamá siempre ha respondido al público de la misma manera, es muy amorosa, se toma el tiempo de complacer a la gente, porque gracias a ellos Dina Páucar ha logrado muchas cosas. Sería falso decir que el público no es importante, porque el público que sigue a mi madre es muy fiel a ella y la quiere.
Hay muchos que piensan que la vida artística solo es sinónimo de fama y pura diversión. Es muy sacrificada y me he podido dar cuenta en este tiempo que estoy acompañando a mi mamá en sus giras. Hay muchos viajes y compromisos que tras dos horas de presentación hay que regresar nuevamente y viajar a otro lado, Es muy sacrificada esta carrera, tanto física como emocionalmente, pero yo creo que todo esfuerzo tiene su recompensa
Estás consciente que en algún momento tendrás que volar y dejarás de acompañar a tu mamá. Sí, lo tengo claro y entre mis planes también está formar mi propia agrupación. Incluso ya se están presentando propuestas para cantar sola con mi propio marco musical, y de hecho eso se va ir dando. Está dentro de mis planes, antes de que finalice este año, tener mi propia agrupación y ofrecer mis propias presentaciones como Killay y tener poquito a poquito que desligarme del grupo.