Han transcurrido veinte años desde la última vez que César Martínez expuso en Lima. Durante todo ese tiempo, Martínez -artista egresado con Medalla de Oro de Bellas Artes- trazó su ruta creativa por otros rumbos: en 1999 expuso en Bogotá, Colombia, en Origen Galería. En el 2005 llevó su arte a la ciudad alemana de Bremen (Galerie Onil). Y en el 2006 tuvo el privilegio de exhibir sus pinturas en El Centro Cultural Ateneo, en Madrid, España. Veinte años, sin embargo, es mucho tiempo. César lo sabe muy bien. Por ello, desde el año pasado estuvo enfocado en mostrar su talento, reconocido en el extranjero, en su propio país. Es así que pergeñó esta muestra individual que se exhibe en la Galería Enlace de San Isidro. Allí se puede apreciar una selección de cuadros de formato grande en que se plasma la particular mirada de su autor. “A partir de una iconografía precolombina fusionada con los aspectos de modernidad -escribe el crítico Luis Lama-, el artista amalgama la geometría que cruza la superficie del cuadro con referencias orgánicas, a las que añade manchas y organismos obteniendo como resultado final una obra armónica, de factura espléndida y un ritmo que las líneas crean a lo largo de sus soportes”. Así, por ejemplo, en medio de lo abstracto uno reconoce formas figurativas, como los sensuales contornos de una mujer. La música juega un papel de vital relevancia en la plástica de César Martínez. El artista confiesa que pinta escuchando el ritmo asincopado del jazz. “Y eso tiene mucho que ver con mi trabajo plástico -me cuenta Martínez-, la libertad del jazz”. Aunque siempre sobre una estructura organizada. Martínez vierte sobre la tela muchos elementos, sin embargo, hay una estructura definida, un orden propio que le otorga coherencia estética. Y ese ya es un logro a celebrar.