“Toy Story 4” se llevó el domingo a casa el Óscar a la mejor película de animación, cosechando la tercera estatuilla dorada para la innovadora franquicia de Pixar sobre un entrañable grupo de juguetes, el valor de la amistad y la aceptación a los cambios.
La cinta fue galardonada con el Óscar a mejor filme animado, que ganó en 2011 en la tercera entrega, además de ganar mejor canción original.
La cuarta entrega de “Toy Story”, también nominada a mejor canción, será la última entrega de la exitosísima saga que comenzó en 1995 como el primer largometraje de Pixar, entonces un estudio desconocido y por el que no todos apostaron de inmediato.
Desde la primera entrega, en 1995, la tecnología ha cambiado abismalmente, y las cuatro películas muestran la evolución en la calidad de la animación.
“La fundación de Pixar es ‘Toy Story’”, indicó el director de la película Josh Cooley en una entrevista con la AFP en junio pasado. Woody, Buz, Rex “son el Mickey, el Donald, el Goofy de Pixar”.
“Sentí una gran presión, no podía dormir, pero al mismo tiempo fue un honor porque amo a estos personajes muchísimo”.
Muchos, incluidos los animadores de Pixar, estaban convencidos de que la saga terminaría en trilogía.
Pero surgió la pregunta “¿Qué sigue para Woody?”, explicó entonces Cooley durante la visita a los estudios en Emeryville, a las afueras de San Francisco.
El tercer capítulo termina con Andy, el niño del que Woody fue su juguete favorito por años, hecho un hombre, regalándole sus juguetes a Boonie.
“Está en una habitación diferente con una niña diferente, juguetes diferentes... algo que nunca había vivido, y sentimos que teníamos el inicio de otra historia”, siguió Cooley. AFP.