La ropa barata tiene un precio extremadamente bajo,son de uso rápido y descartables. Sin embargo, son los causantes de los gases de efecto invernadero, que contribuye a la contaminación del agua y el aire, genera niveles problemáticos de desechos y son elaborados bajo pobres condiciones de trabajo.
Estas son algunas de las ideas propuestas para reducir los efectos dañinos de nuestros hábitos de compra.
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1. Comprar menos: “Lo más importante es esencialmente comprar menos”, dice Tolmeia Gregory, una activista ambiental que escribe un blog sobre moda ética, usando el nombre Tolly Dolly Posh. Propone deshacernos de toda la cultura que incentiva la compra de ropa para ocasiones específicas, como salidas nocturnas o vacaciones.
Un enfoque similar plantea Kate Fletcher, profesora de Sostenibilidad, Diseño y Moda del Centro de Moda Sostenible de Londres: “Muchos de nosotros compramos cosas y nos damos cuenta de que es la anticipación, en lugar de la compra en sí misma, lo que nos da satisfacción”.
Añade que cuando las personas ya tienen satisfechas sus necesidades básicas, “cada nueva compra adicional agrega muy poco al bienestar personal”.
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2. Compra ropa de segunda mano: Kate Fletcher señala que las grandes tiendas comerciales ofrecen una gama muy restringida de prendas: “Si lo que te interesa es la novedad, el cambio, la variedad, hay muchas más opciones en tu guardarropa o en los productos de segunda mano”.
3. Elige materiales naturales: Francesca Willow, quien escribe sobre sustentabilidad en su blog Unicornio Ético, dijo que la gente debería evitar la ropa hecha con materiales completamente sintéticos de cualquier manera: “Yo busco materiales como cáñamo, lino o algodón orgánico”. Otro aspecto importante, agrega, es extender la vida de la ropa, lavándola con más cuidado, sin necesidad del agua caliente.
4. Investiga qué empresas tienen certificaciones internacionales: Willow propone que la gente debería preguntarse dónde fue fabricada y quiénes la hicieron. Quese procure elegir marcas que tengan certificaciones internacionales, como la que entrega la Fair Wear Foundation, una forma de contribuir a la protección de las condiciones laborales: “Proveen una cierta garantía de que se pagan salarios adecuados”.