Kabul. [AFP]. El gobierno de Afganistán anunció este viernes que empezó a liberar a 400 prisioneros talibanes, una medida que debería facilitar la apertura de las negociaciones de paz, incluso a pesar de que el presidente Ashraf Ghani advirtió que eran un “peligro para el mundo”.
El gobierno afgano y los talibanes se reunirán dentro de unos días después de que se complete la liberación de los prisioneros, que ha atraído una condena generalizada ya que muchos de ellos estuvieron implicados en mortíferos ataques que mataron tanto a afganos como a extranjeros.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Javid Faisal, precisó que el jueves se había liberado a 80 detenidos, lo cual “acelerará los esfuerzos de cara a unas discusiones directas y un alto el fuego duradero y nacional”.
Las conversaciones de paz se celebrarán en Doha, Qatar.
Entre los prisioneros está un grupo de 44 insurgentes que suscitan la preocupación de Estados Unidos y otros países por su papel en atentados de alto perfil, según una lista oficial a la que tuvo acceso la AFP.
Ghani advirtió el jueves de la peligrosidad de los liberados. “Hasta ese momento, había consenso sobre la conveniencia de la paz, pero no sobre su costo”, dijo el jueves en una videoconferencia organizada por un centro de reflexión de Washington, el Council on Foreign Relations.
La liberación de “criminales” y traficantes de drogas “seguramente supondrá un peligro para nosotros, para ustedes (Estados Unidos) y para el mundo”, aseveró Ghani.
La paz tiene un precio y con esta liberación “nosotros pagamos la parte más alta, lo que significa que la paz tendrá consecuencias”, señaló.
“Una acción impopular”
Un intercambio de prisioneros formó parte de un acuerdo firmado por los talibanes y Estados Unidos en febrero, en el que Washington acordó retirar sus tropas de Afganistán a cambio de una promesa de los insurgentes de entablar conversaciones de paz con el gobierno afgano.
El gobierno afgano fue excluido de ese acuerdo.
El acuerdo de febrero estipulaba que Kabul liberaría a 5.000 militantes a cambio de 1.000 prisioneros del gobierno afgano detenidos por los insurgentes.
Aunque las autoridades afganas liberaron a la mayor parte de los prisioneros talibanes según lo acordado, hasta ahora se negaban a liberar a los 400 últimos detenidos.
Una “loya jirga”, una gran asamblea afgana compuesta por miles de dignatarios, responsables estatales y jefes tribales, convocada por Ghani, aceptó el domingo las liberaciones para allanar el camino a negociaciones y un posible alto el fuego.
La asamblea pidió a las autoridades que vigilen a los prisioneros liberados para asegurarse de que no regresen al campo de batalla.
Antes de esa asamblea, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, había pedido a Kabul que apostara por liberarlos, una acción “impopular” para avanzar hacia la paz.
Mientras tanto, los talibanes han advertido de posibles ataques contra los prisioneros liberados por extremistas del grupo del Estado Islámico en coordinación con los servicios de inteligencia de Afganistán.