Tres monjas italianas pertenecientes a la diócesis de Parma fueron asesinadas en el interior de su convento en la localidad de Kamenge, en Burundi (África).
Según fuentes de la policía, todo 'parece un trágico intento de robo por parte de una persona con problemas mentales'. El agresor huyó del lugar sin haber hurtado nada y tras haber apuñalado a dos de las monjas, mientras que la otra fue golpeada con una piedra.
El ministerio de Relaciones Exteriores italiano comunicó que sólo de conoce la identidad de dos de las misioneras asesinadas, pertenecientes a la orden de María Saveriana, Lucia Pulici, de 75 años y Olga Raschietti, de 83 años, que trabajaban desde hace años en esta localidad africana. La tercera religiosa sería Bernadetta Bogianni.
Según los medios italianos, que citan como fuentes a las autoridades de Burundi, las monjas fueron violadas y apuñaladas y una de ellas decapitada.
FRANCISCO EXPRESA SU TRISTEZA
Desde la ciudad del Vaticano, el papa expresó su “tristeza” por el fallecimiento de las tres religiosas asesinadas el pasado fin de semana.
“El santo padre pide al Señor que acoja en su morada de paz y de luz a estas tres religiosas fieles y entregadas (...) En esta trágica circunstancia expresa su cercanía a la comunidad religiosa a la que pertenecen, a las familias de las víctimas y a la entera comunidad diocesana”, reza la misiva del pontífice remitida al obispo de Bujumbura, Evariste Ngoyagoye, y a la superiora general de las Misioneras Javerianas, sor Ines Frizza.