El presidente de EE.UU., Barack Obama, afirmó hoy que rendirá homenaje a “todas las víctimas de la II Guerra Mundial” en la histórica visita que hará el viernes a Hiroshima, en la que también abogará por “un mundo libre de armas nucleares”.
Barack Obama se pronunció así sobre el significado de su visita a la ciudad nipona atacada con la bomba atómica por tropas estadounidenses en 1945, al término de una reunión bilateral que mantuvo hoy con su homólogo nipón, Shinzo Abe, en la víspera de la cumbre del G7 que se celebrará en Ise-Shima (centro de Japón).
“Nuestra visita a Hiroshima servirá para honrar a todos aquellos que perdieron la vida en la II Guerra Mundial, y para reafirmar nuestra visión compartida sobre un mundo libre de armas nucleares”, dijo en rueda de prensa el presidente estadounidense, quien viajará a la ciudad nipona acompañado de Abe.
La historia de Hiroshima“nos recuerda que la guerra implica sufrimiento, y que siempre debemos hacer lo posible para evitarla”, afirmó Barack Obama, quien se convertirá el viernes en el primer inquilino de la Casa Blanca en visitar de forma oficial esta ciudad nipona.
“No obstante, soy el presidente de una nación que en ocasiones está amenazada por riesgos reales, no imaginarios, y es importante para nosotros actuar en consecuencia para garantizar la protección de los estadounidenses”, añadió Barack Obama.
Por su parte, Shinzo Abe expresó su deseo de que la visita a Hiroshima permita lograr que “nunca se repita esta tragedia en Japón ni en ninguna otra parte del mundo”.
El primer ministro nipón añadió que por el momento “no tiene planeado viajar a Hawai”, al ser preguntado sobre la posibilidad de que visite próximamente el puerto de Pearl Harbour, objeto del ataque de las tropas niponas el 7 de diciembre de 1941 que llevó a la entrada de Estados Unidos en la II Guerra Mundial.
Barack Obama y Shinzo Abe también discutieron sobre el reciente asesinato de una joven nipona supuestamente perpetrado por un exmilitar estadounidense empleado en la base de Kadena, en Okinawa (sur de Japón).
Ambos expresaron su firme condena al suceso, y Barack Obama ofreció “la plena colaboración” de las autoridades estadounidenses “para avanzar en la investigación, garantizar que se haga justicia y evitar que se repitan tragedias similares”.
El suceso ha conmocionado a la sociedad nipona y ha alimentado el rechazo de la población de Okinawa contra la presencia de tropas estadounidenses en este archipiélago nipón, como refleja la protesta que tuvo lugar hoy frente a la base de Kadena, a la que asistieron unas 4.000 personas.
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