La guerrilla ELN de Colombia se comprometió este viernes a liberar a un excongresista en su poder en el “transcurso” de la primera ronda de negociaciones con el gobierno, no antes como lo exige el presidente Juan Manuel Santos para iniciar diálogos de paz.
“Durante el transcurso de la primera ronda en Quito se hará la liberación de este señor. Ese es el compromiso”, dijo Pablo Beltrán, jefe negociador rebelde, en declaraciones a Blu Radio.
Beltrán, nombre de guerra de Israel Ramírez, explicó que en las conversaciones preliminares con el gobierno “no hubo una fecha explícita para la liberación de éste señor; sí hubo un compromiso de que lo íbamos a liberar”.
Pero el gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) acordaron en octubre en Caracas “iniciar el proceso de liberación de los secuestrados/retenidos con 2 casos antes del 27 de octubre”.
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El gobierno de Juan Manuel Santos aplazó el jueves la instalación de diálogos de paz, prevista para ese día en Quito, hasta que no sea entregado “sano y salvo” el excongresista Odín Sánchez, retenido por esa guerrilla desde abril.
Las conversaciones tienen previsto iniciarse el 3 de noviembre. La sede será un club social universitario en la localidad de andina de Sangolquí (25 km al este de Quito) y durarán unos 45 días.
“Vamos a cumplir porque nosotros no somos faltones”, declaró Beltrán en alusión a la liberación de Odín Sánchez, exrepresentante del oficialista Partido de la U que se entregó hace seis meses al ELN a cambio de su hermano Patrocinio Sánchez, quien se encontraba enfermo luego de casi tres años de secuestro.
El jefe negociador del gobierno, Juan Camilo Restrepo, anunció el jueves que la entrega del excongresista estaba en curso.
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El líder rebelde añadió que el ELN, la segunda guerrilla colombiana después de las FARC, mantiene en su poder a “muy poquitos” secuestrados, negándose a precisar un número.
“Nosotros estamos cumpliendo y vamos a seguir cumpliendo así el gobierno no lo haga”, indicó Beltrán, quien apuntó que el grupo insurgente pasó un “bochorno” debido a que Bogotá “de un plumazo, con arrogancia” aplazó la instalación de la mesa pública de conversaciones en Quito.
“Eso no se lo puede hacer a la gente”, apuntó.