La guerrilla FARC, la más antigua de América, proclamó este martes su “adiós a las armas” tras más de medio siglo de lucha armada en Colombia, en un acto en el cual el presidente Juan Manuel Santos aseguró que la paz es “irreversible”.
“Adiós a las armas, adiós a la guerra, bienvenida la paz”, afirmó “Timochenko” en su intervención en un acto celebrado en la zona de Mesetas, localidad del departamento del Meta, que concluyó en medio de una ovación y con la liberación de mariposas amarillas de la obra del Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez.
“Timochenko”, vestido con una camisa guayabera azul y una gorra, aseguró que esa guerrilla entra hoy en una nueva etapa, en la legalidad, tras dejar las armas que durante más de medio siglo empuñaron contra el Estado colombiano.
“Este día no termina la existencia de las FARC, en realidad a lo que ponemos fin es a nuestro alzamiento armado de 53 años pues seguiremos existiendo como un movimiento de carácter legal y democrático que desarrollará su accionar ideológico, político, organizativo y propagandístico por vías exclusivamente legales, sin armas y pacíficamente”, resaltó.
“Timochenko” recordó que “la guerra interna nació del cierre de las vías legales” y que “la paz significa que la participación política estará abierta a todos”.
El líder rebelde consideró además que la dejación de armas se cumplió de “conformidad con lo pactado” y aseguró que estas quedan en manos de la ONU, que procederá a su destrucción y a la posterior elaboración de tres monumentos que serán instalados en un sitio por determinar en Colombia, en La Habana y en Nueva York.
“Honramos así nuestra palabra y esperamos así, junto con todos ustedes, que el Estado cumpla la suya”, afirmó Londoño, quien pidió que “a partir de hoy debe cesar toda persecución política en Colombia”.
“Hoy 27 de junio para mí y creo que para la inmensa mayoría de los colombianos es un día muy especial, un día que jamás olvidaremos, ¡el día en que las armas se cambiaron por las palabras!”, manifestó el mandatario. Afirmó que la dejación de armas de las FARC) es “la mejor noticia para Colombia en los últimos 50 años”.
“No somos más un pueblo enfrentado entre sí, no somos más una historia de dolor y de muerte en el planeta, somos un solo pueblo y una sola nación avanzando hacia el futuro dentro del cauce bendito de la democracia”, afirmó Juan Manuel Santos.
El jefe de Estado añadió que el país está hoy emocionado al constatar “el fin de esta guerra absurda que no sólo duró más de cinco décadas”, sino que dejó más de ocho millones de víctimas, entre ellas “más 220.000 compatriotas muertos”.
“Lo que celebramos hoy los colombianos es que armas que alguna vez se levantaron para atacarnos entre nosotros serán guardadas y selladas en contenedores a cargo de las Naciones Unidas”, agregó el presidente y Premio Nobel de Paz.
En el acto participaron el jefe de la misión de Naciones Unidas, Jean Arnault, a cargo del proceso de desarme; representantes de los países garantes del acuerdo de paz, Noruega y Cuba; la cúpula de la guerrilla y representantes del Congreso y la Unión Europea, entre otros.
“Consideramos que el compromiso con la dejación de armas individuales adquirido por las FARC ha sido honrado”, expresó Arnault, tras recordar que el lunes la ONU certificó la entrega de 7.132 armas individuales en las 26 zonas donde están concentrados los ahora excombatientes.
El conflicto armado colombiano, en el que también han participado otras guerrillas, paramilitares y agentes estatales, ha dejado 260.000 muertos, 60.000 desaparecidos y 7,1 millones de desplazados.
DESTRUCCIÓN DE LAS ARMAS
Tanto el presidente como expertos ven al desarme como un “hito” del proceso de paz, porque representa el epílogo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) luego de su creación en 1964 tras una sublevación campesina.
“Significa el fin de la principal guerrilla armada en el hemisferio occidental. Significa el inicio de un postconflicto (...) y de un proceso difícil de reconciliación en el país”, fuertemente dividido ante el acuerdo de paz, dijo a la AFP el analista Jorge Restrepo.
Hasta el 1 de agosto se dejará en manos de algunos guerrilleros un número no determinado de armas para asegurar las zonas de concentración, dijo la ONU. En esa fecha, la misión “habrá almacenado todo el armamento” y “extraído sus contenedores” de esos campamentos.
En paralelo, la ONU continuará ubicando más de 900 caletas o escondites de armas de las FARC. A la fecha ha verificado 77, “de las cuales ha sido extraído el armamento y destruido municiones, explosivos y armamento inestable”.
Las armas de las FARC se destruirán el 1 de septiembre y serán fundidas para elaborar tres monumentos que serán colocados en la sede de la ONU en Nueva York, en Cuba y en Colombia.
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