El régimen de Corea del Norte organizó una masiva movilización con fuegos artificiales en Pyongyang para celebrar el lanzamiento de su último misil balístico intercontinental (ICBM), denominado Hwasong-15. Aunque al evento no asistió el líder Kim Jon-un, si acudieron los principales líderes militares, del partido y del gobierno.
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Miles de ciudadanos y militares se congregaron el viernes en la plaza Kim Il-sung y los aledaños del río Taedong para asistir al acto en celebración. Según la agencia KCNA, el nuevo armamento supone la culminación de una “fuerza nuclear estatal”.
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Durante los discursos pronunciados en el acto, se alabó el hecho de que este nuevo misil, el Hwasong-15, ha reforzado la posición estratégica del hermético país. “Larga vida al general Kim Jong-Un que nos trajo el estatuto nuclear”, indicaba una pancarta de un ciudadano norcoreano.
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“Nadie puede ya vulnerar nuestros derechos a la soberanía, a la supervivencia y al desarrollo, dado que hemos consumado nuestra fuerza nuclear estatal”, indicó uno de los vicepresidentes del comité central del Partido de los Trabajadores, Pak Kwang-ho, en declaraciones recogidas por el diario Rodong.
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Como se recuerda, Corea del Norte lanzó el miércoles su ICBM Hwasong-15 y logró un nuevo avance de cara a cumplir su meta de ostentar armas viables para realizar un ataque nuclear contra Estados Unidos que actúen como elemento disuasorio.
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El lanzamiento del misil intercontinental desató la condena de la comunidad internacional y Seúl, Tokio y Washington claman ya por nuevas sanciones de la ONU para ahogar aún más al régimen.
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