El gobierno panameño anunció este viernes una cuarentena total para Navidad y Año Nuevo, y limitó el acceso a supermercados, para tratar de frenar la explosión de nuevos casos de COVID-19, que han desbordado el sistema sanitario.
La cuarentena será entre las 7 de la noche del 24 de diciembre hasta las 5 de la mañana del día 28, y entre las 7 de la noche del 31 de diciembre hasta las 5 de la mañana del 4 de enero de 2021, informó el ministro de Salud, Luis Francisco Sucre, durante un mensaje televisado.
Además, el gobierno panameño ha dispuesto que durante la próxima semana el acceso a los comercios será por género. Las mujeres podrán comprar los días 21, 23, 28 y 29 de diciembre, mientras que los hombres podrán acceder a los comercios el 22, 24, 29 y 31 de diciembre.
Sin embargo, los puertos, aeropuertos, fronteras y negocios permanecerán abiertos.
“En estos últimos días hemos visto un aumento vertiginoso en el número de contagios y de muertes”, señaló Sucre.
Según el funcionario, las medidas buscan “proteger la salud de toda la población”. Si no se toman, “provocaría que sigan aumentando los casos”, agregó.
Panamá, con 4,2 millones de habitantes, presenta el mayor número de contagios por covid-19 de Centroamérica, con más de 206.000 infectados y 3.504 fallecidos.
Tras reabrir la mayoría de sus actividades económicas entre septiembre y octubre, el país se encuentra en pleno rebrote de la pandemia, con más de 30.000 nuevos contagios y 340 fallecidos en doce días.
Este viernes, el país batió su récord de infectados diarios, con 3.504 casos, mientras que el jueves batió el de muertos, con 42.
Sucre culpó del rebrote al aumento de “reuniones sociales que se han venido realizando” en los últimos días.
“El sistema de salud está en un punto crítico”, advirtió Yelkis Hill, directora nacional de Provisión del ministerio de Salud.
La pandemia ha provocado que algunos hospitales hayan dejado de recibir pacientes, mientras las autoridades buscan habilitar y adecuar diferentes infraestructuras, como centros de convenciones, gimnasios, cafeterías y un hospital inconcluso.
Debido a este repunte de casos, el gobierno se ha visto obligado a contratar personal extranjero especializado para apoyar a médicos y enfermeras locales, desbordados y agotados por el incremento de la pandemia.
“Hay una luz al final del túnel, nos falta poco” para la vacuna, declaró Sucre.
En los últimos días también creció el descontento por la gestión gubernamental de la pandemia, con algunas protestas protagonizadas por sindicatos y estudiantes.
Fuente: AFP.