La Fiscalía de Bolivia denunció a una funcionaria boliviana de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (AASANA) por no reportar a tiempo las observaciones al plan de vuelo de Lamia que se estrelló cerca de Medellín y dejó 71 muertos, entre ellos a la plantilla del club Chapecoense.
Según publica hoy el diario paceño La Razón, la funcionaria no hizo ninguna observación a sus superiores sobre el plan de vuelo del avión que debía cubrir la distancia entre Santa Cruz (Bolivia) y Medellín (Colombia) para que los jugadores del club brasileño de fútbol Chapecoense disputaran la final de la Copa Sudamericana.
De acuerdo con la denuncia, la funcionaria acusada solo reportó el informe sobre el plan de vuelo el día siguiente a que sucedió el accidente, el 29 de noviembre.
En este informe, la empleada de la Oficina de Notificación de los Servicios de Tránsito Aéreo de AASANA observó que la autonomía de vuelo del avión era igual al trayecto y solo estaba indicado un aeropuerto alternativo de aterrizaje y no dos, como marca la normativa.
Esta circunstancia confirmaría que la causa del accidente fue la falta de combustible del avión.
Una fuente de la Fiscalía de Santa Cruz explicó a Efe que la ciudadana denunciada aún no enfrenta cargos específicos, ya que la denuncia se tramitó durante la tarde del viernes y el Ministerio Público aún tiene que analizarla.
El Gobierno boliviano anunció con anterioridad que se va a investigar a AASANA, el organismo encargado de supervisar los planes de vuelo, y a la Dirección General de Aeronáutica Civil (CGAC), encargada de la supervisión técnica de las aeronaves.
Precisamente el director del registro aeronáutico nacional de la CGAC se llama Gustavo Vargas Villegas, mientras que el director general de Lamia se llama Gustavo Vargas Gamboa.
De acuerdo con los medios locales, el director general de Lamia sería padre del directivo de la DGAC, suspendido junto a todos los cargos del organismo desde el jueves.
El ministro de Presidencia, Juan Ramón Quintana, dijo hoy en una conferencia de prensa que le llama “poderosamente la atención” que “sea el hijo del general Vargas (el director general de Lamia) el responsable de otorgar las licencias” y se preguntó si hubo tráfico de influencias.
Quintana afirmó que investigar esa circunstancia es “responsabilidad exclusiva del Ministerio Público”.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, y el propio Quintana, viajaron el 15 de noviembre en el mismo avión que se estrelló para cubrir un trayecto entre las ciudades del departamento de Beni (norte) de Rurrenabaque y Trinidad, según ha reconocido el ministro. A pesar de ello, Morales dijo ayer que desconocía que Lamia fuera una aerolínea de matrícula boliviana.
Un técnico de Lamia que fue uno de los sobrevivientes del fatal accidente, Erwin Tumiri, llegó hoy a Bolivia por el aeropuerto de El Alto -el más cercano a La Paz- en un vuelo de Avianca procedente de Colombia y viajó a continuación a Cochabamba, donde reside su familia, según recogen los medios de comunicación locales.
El Fiscal General del Estado, Ramiro José Guerrero, anunció el viernes por la tarde que invitó a sus homólogos de Colombia y Brasil a reunirse en la ciudad de Santa Cruz para analizar el accidente.
El avión de la compañía boliviana Lamia se estrelló la noche del 28 de noviembre cerca de Medellín, un accidente que causó la muerte de 71 personas entre jugadores, cuerpo técnico y directivos del Chapecoense, así como varios periodistas y tripulantes del avión, mientras que seis personas sobrevivieron.
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