Un equipo de investigadores ha descubierto una nueva especie de artrópodo, un pariente de las arañas y escorpiones actuales, que data de hace 450 millones de años y que se encontraba perfectamente preservado en tres dimensiones dentro de un material dorado en un yacimiento en el estado de Nueva York.
Esta conservación única se debe a la pirita de hierro, también conocida como “oro de los tontos”, que fue infiltrándose y ocupando las diversas partes del cuerpo del animal, atrapado en el sedimento, hasta dar la impresión de estar embalsamado en oro.
El fósil fue hallado en el yacimiento conocido como el ‘Lecho de trilobites de Beecher’, famoso por su excelente conservación de organismos fósiles. Allí, la pirita de hierro ha permitido que los cuerpos enterrados mantengan su forma, creando fósiles dorados en tres dimensiones de gran detalle.
El descubrimiento se ha descrito en la revista Current Biology, donde se ha nombrado a la nueva especie como Lomankus edgecombei, en honor a Greg Edgecombe, paleontólogo del Museo de Historia Natural de Londres y experto en artrópodos.
“Además de su color dorado, estos fósiles están conservados de manera espectacular; parece que, al lavar la roca, cobrarán vida y saldrán huyendo”, comentó Luke Parry, investigador de la Universidad de Oxford y uno de los autores del estudio.
El fósil pertenece a un grupo de artrópodos llamado ‘megacheiranos’, caracterizados por un gran apéndice delantero con el que capturaban a sus presas.
Los investigadores explican que los megacheiranos, como Lomankus, fueron muy diversos durante el Cámbrico (hace entre 538 y 485 millones de años), pero se extinguieron en el periodo Ordovícico (hace entre 485 y 443 millones de años).
Este fósil aporta información valiosa sobre cómo estos artrópodos desarrollaron sus apéndices delanteros para controlar su entorno y capturar presas, dando lugar con el tiempo a lo que hoy conocemos como antenas en insectos y crustáceos, y pinzas y colmillos en arañas y escorpiones.
“Hoy en día, los artrópodos son el grupo animal más diverso en la Tierra, y su éxito evolutivo se debe en parte a su cabeza altamente adaptable y sus apéndices versátiles”, añadió Parry.
Mientras que otros megacheiranos utilizaban su gran primer apéndice para capturar presas, en Lomankus estos apéndices son más reducidos, con tres largos y flexibles flagelos en forma de látigo en sus extremos, lo que sugiere que el animal usaba su apéndice frontal para percibir el entorno, en lugar de para cazar, adoptando así un estilo de vida diferente al de sus parientes del Cámbrico.
El fósil parece carecer de ojos, por lo que este apéndice frontal habría sido esencial para buscar alimento en el entorno oscuro y con bajo oxígeno donde vivía.
Dado que la pirita es un mineral denso, los fósiles conservados en este material pueden escanearse para revelar detalles ocultos de su anatomía. La técnica utilizada, llamada tomografía computarizada, consiste en girar el espécimen mientras se toman miles de imágenes de rayos X, lo que permite reconstruir el fósil en tres dimensiones.