El presidente de EE.UU., Donald Trump, y el papa Francisco intercambiaron hoy mensajes de paz durante su reunión en el Vaticano, que tuvo un carácter muy formal y supuso un primer acercamiento entre dos líderes que encaran los principales desafíos actuales de manera muy distinta. “Necesitamos paz”, admitió en un momento del encuentro el magnate norteamericano, quien expresó efusivamente y varias veces su gratitud al pontífice por la audiencia de hoy.
Al papa Francisco se le vio con gesto más serio antes de iniciar su reunión privada con Donald Trump en la Sala del Tronetto, que duró 27 minutos, y después todo se desarrolló dentro de la normalidad y rigidez del protocolo, con la entrega mutua de regalos y la presentación de la delegación estadounidense. De acuerdo con la Santa Sede, el papa y el mandatario de EE.UU. mantuvieron un diálogo “cordial” en el que respaldaron “la promoción de la paz en el mundo” mediante la negociación política.
El Vaticano indicó que ambos intercambiaron puntos de vista “sobre algunos temas relacionados con la actualidad internacional y la promoción de la paz en el mundo”, algo que, a juicio de los dos líderes, se debe lograr “mediante la negociación política y el diálogo interreligioso, con especial referencia a la situación en Oriente Medio y la protección de las comunidades cristianas”.
La Casa Blanca no ha informado por ahora del contenido de la reunión ni de los temas tratados.
Al ser preguntado por los periodistas en Villa Taverna, la residencia del embajador estadounidense en Roma y donde recibió después al primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, Donald Trump dijo sobre el papa Francisco que es alguien “especial” y añadió: “Tuvimos una reunión fantástica”.
“Nos está gustando mucho Italia”, afirmó también Donald Trump al reiterar el “honor” de haber podido verse con el papa.
Después de la audiencia privada entre ambos, al entregarle el medallón de bronce que regala a muchos jefes de Estado y que representa un olivo que crece entre una piedra partida, el papa explicó a Donald Trump, con ayuda de su intérprete, que le gusta ofrecerlo como obsequio para que los mandatarios sean “unión para la paz”. Además, al regalarle su último mensaje de la jornada de paz, el pontífice argentino dijo a Trump que lo había firmado “personalmente” para él.
Por su parte, además de una colección de los cinco libros escritos por Martin Luther King y de una pieza del monumento de granito que honra al reconocido activista afroamericano en Washington, Trump entregó al papa una escultura de bronce hecha a mano y obra del artista estadounidense Geoffrey Smith.
Esa escultura representa “la esperanza en un mañana pacífico” al evocar “dos valores universales: la unidad y la resistencia”, según detalló la Casa Blanca.
Así que la escala en Roma ha sido “un buen final” para la primera parte de la gira, dirigida a enviar “un fuerte mensaje sobre el nuevo papel de Estados Unidos en el mundo, uniendo a todos en nuestros objetivos comunes y mostrando a nuestros socios que estamos de vuelta”, según un alto funcionario de la Casa Blanca.
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