Han pasado tres años desde que el mandatario Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció la venta del avión presidencial de México - una promesa de campaña- con la finalidad de utilizar el dinero de la venta en algo que ayude a los ciudadanos. Una promesa similar ha hecho el presidente de Perú, Pedro Castillo, quien busca vender la aeronave destinada a su trasporte.
Pero así como un bien inmueble puede tardar años en venderse, del gobierno de México también demora en desprenderse del avión que lleva su bandera. Desde el momento en que se anunció la venta, la lujosa aeronave ha sido protagonista de diferentes anuncios y cambios.
El primer e infructuoso intento de venta
AMLO afirmó que vendería el avión presidencial a inicios de diciembre del 2018. Se trata de un Boeing 787-8, de 57 metros de largo y 60 metros de ancho.
Dicho bien del estado mexicano se compró en 2012 durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, pero recién en el 2016 lo entregaron, cuando Enrique Peña Nieto estaba en el poder. El avión tuvo un valor de 218,7 millones de dólares, según reseña la prensa del país azteca.
En el 2018 viajó a Estados Unidos, donde se quedó en proceso de venta. Sin embargo, retornó a tierras mexicanas casi dos años después.
“Según se informó en revistas del exterior, sí ha habido ofertas. Pero no por los 130 millones de dólares que el gobierno quiere, sino por 60 o 70″, le contó a BBC Luis Rubio, presidente de México Evalúa.
“Creo que no tendrán más remedio que aceptar algo como eso, porque el costo de gastos mensuales por el avión se va haciendo más grande cada vez”, agregó.
“Es muy exclusivo, no se puede vender el avión presidencial. Ahí está”, dijo el presidente ante el infructuoso intento de venta; sin embargo, luego ideó un nuevo plan para el avión.
La rifa que tampoco resultó
El jefe de Estado decidió rifarla mediante la Lotería Nacional de México pero el anunció generó una enorme duda: ¿Cómo un mexicano promedio puede mantener un avión como este?. López Obrador señaló que se ofrecería ayuda al ganador para que pueda mantener el avión, un gasto de 1,7 millones de dólares.
Pasó una semana y las autoridades anunciaron que la rifa seguía en pie, pero que el premio ya no sería el avión, sino 200 mil pesos para 100 ganadores.
Esperaban tener una gran venta, pero no todos podrían pagar 500 pesos, precio de la lotería. Al final se logró recaudar el dinero necesario para cubrir la rifa y el exceso fue para ayudar a los médicos que atendieron la emergencia de coronavirus.
Al final, en diciembre del 2020, los niños gritones de la Lotería dieron a conocer a los suertudos. Y AMLO no podía vender aún el avión.
Ahora se alquila
Al parecer, cansado de no deshacerse de la compra que heredó de e Felipe Calderón, la cual fue cuestionada por corrupción, AMLO decidió alquilar el avión para fiestas o vuelos ejecutivos.
El mandatario mexicano señaló que ofreció a las compañías aéreas Delta Airlines y Aeroméxico el avión presidencial para que puedan usarlo para viajes ejecutivos y fiestas como bodas.
“Aproveché también para ofrecerles el avión porque podrían usarlo, que lo administre Aeroméxico si lo deciden y que lo puedan usar para viajes ejecutivos o fiestas, hay la costumbre de que hay matrimonios y se casan en algún lugar del Caribe… bueno, pues, para eso podría utilizarse el avión”, comentó según El País.
Pese a todas las fórmulas ensayadas por la gestión de AMLO, la aeronave aún no ha cambiado de dueño.
Las razones del fracaso de la venta estaría en las palabras de resignación del propio presidente. “El avión es muy lujoso, muy extravagante, lo hicieron a la medida, no es un avión hecho en serie, cuesta trabajo venderlo”, sentenció.
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