El ataque hoy del grupo Estado Islámico a la embajada de Irak en Kabul finalizó con la muerte de los cuatro yihadistas que participaron en la acción, mientras que el personal de la legación diplomática resultó ileso.
“El ataque terrorista a la embajada iraquí en Kabul finalizó con la muerte de los atacantes”, informó el Ministerio de Interior afgano, que aclaró que las tropas de seguridad evacuaron rápidamente a su personal, incluido el embajador.
El ataque a la embajada, situada en el área de Shar-e-Naw, en el centro de la capital afgana, comenzó hacia las 11.10 hora local (6.40 GMT) y se prolongó durante casi cuatro horas, dejando, además de los cuatro yihadistas muertos, a un policía herido, según la nota.
Sin embargo, el Gobierno iraquí elevó el número de víctimas, al anunciar la muerte en la embajada de dos guardias de seguridad afganos.
La acción comenzó cuando un insurgente se inmoló frente a la entrada del edificio, abriendo paso a los otros tres yihadistas, que penetraron en el inmueble e iniciaron un tiroteo con las fuerzas de seguridad, de acuerdo con el Gobierno afgano.
“El Ministerio de Interior de Afganistán condena de manera enérgica este ataque terrorista inhumano y antiislámico del Estado Islámico, cuyo único objetivo es generar pánico, terror y la matanza de gente inocente”, aseguró el departamento en un comunicado.
El Estado Islámico reivindicó el atentado, de acuerdo con dos comunicados publicados por la agencia Amaq, vinculada a los yihadistas, y cuya autenticidad no ha podido ser comprobada independientemente.
Según Amaq, en la acción participaron al menos dos insurgentes, y mientras uno de ellos se inmoló, el otro penetró en la legación diplomática, en una acción en la que murieron, de acuerdo con los dos comunicados, siete guardias de seguridad.
Este atentado se produce justo una semana después de que los talibanes detonaran un vehículo cargado de explosivos contra funcionarios del Gobierno afgano en Kabul, que causó la muerte de 31 civiles y heridas a alrededor de 40.
Además, el ataque de hoy llega dos meses después del atentado con un camión cargado de explosivos en la capital que dejó 150 muertos y más de 300 heridos, el más mortífero en la urbe desde el derrocamiento del régimen talibán en Afganistán tras la invasión estadounidense en 2001.
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