Las cicatrices marcadas en el rostro de Wahi Mohamed revelan la ardua lucha que emprendió esta mujer iraquí contra los yihadistas en el sur de Mosul, en Irak. Pese a varios atentados contra su vida y la de su familia, Mohamed asegura que continuará con su lucha. 

“Trataron de asesinarme seis veces. Tengo metralla en mi cabeza, mis piernas y mis costillas se han fracturado”, cuenta.

Mohamed, quien es conocida como Um Hanadi no va a ningún lado sin su pistola de 9 mm ni su séquito de milicianos fuertemente armados. Ella lidera un grupo de 70 hombres en el sur de Mosul, la capital de Estado Islámico (ISIS, en inglés) en Irak.

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Su milicia tribal ayudó recientemente al gobierno en Bagdad a echar al grupo extremista del pueblo de Shirqat.

“Empecé a luchar contra los terroristas en 2004, trabajando con las fuerzas de seguridad de Iraq y con la coalición”, dijo en una entrevista con CNN.

Este frondoso historial le trajo aparejado una larga lista de atentados contra su vida, la muerte de dos esposos, su padre y sus tres hermanos y hasta incluso de sus perros, ovejas y pájaros.

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Pero Um Hanadi tuvo su venganza. “Luché contra ellos. Los decapité. Cociné sus cabezas y quemé sus cuerpos”, dice sin inmutarse. “Todo está documentado”, agrega.

Ella misma se considera una “rabat manzal”, un ama de casa con la particularidad de haber sido amenazada por Abu Bakr al-Baghdadi, líder de ISIS.

Los hombres de Um Hanadi reciben, al igual que otros grupos, armas y vehículos de parte del gobierno iraquí en Bagdad para ayudarlos en su lucha contra ISIS.

“Esto es para ISIS”, dice un miliciano a la CNN mostrando un machete. “Entren a mi página de Facebook”, pide, en cambio, la “rabat manzal” más temida por el yihadismo. Con información de Infobae. 

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