Debra Karels fue por sus tres hijos a la casa de su esposo. Estaban en proceso de divorciarse y ella se había quedado con la custodia de los niños. Cuando ingresó al domicilio del suburbio de Round Lake Beach, en Chicago, la escena fue aterradora: los tres pequeños estaban muertos y el hombre había desaparecido.
Tan solo una nota que horas después encontró la policía pudo revelar al culpable de este crimen. Jason Karels, el hombre que les dio la vida decidió arrebatárselas en un aparente acto de venganza contra su expareja. “Si yo no puedo tenerlos, tú tampoco”, decía el escrito.
La carta fue leída durante la primera audiencia de fianza de esta semana contra este sujeto de 35 años, quien está detenido por tres cargos de homicidio en primer grado por la muerte por ahogamiento de sus hijos, Bryant (5), Cassidy (3) y Gedeón, de un año, revela el New York Post.
Theodore Potkonjak, juez del condado de Lake, en Illinois, fijó una fianza de 10 millones de dólares contra Karels para que llevara el proceso en libertad; sin embargo, la oficina del fiscal a cargo del caso intenta detener la posibilidad de que este criminal salga libre.
Un crimen por venganza
Debra había hablado con sus pequeños el domingo por la noche y, según detalló a la prensa local, parecían felices de poder verla al día siguiente.
“Estaban emocionados de saber de mí. Estaban emocionados de conversar”, dijo Debra a un medio. “No estaban haciendo nada especial, solo parecían emocionados de que los fuera a buscar a la mañana siguiente”, contó la madre.
El lunes fue a buscar a los pequeños, pero antes llamó a su expareja por teléfono para anunciar su llegada. Al no tener respuesta, se comunicó al 911 para que las autoridades realizaran un control de bienestar.
Cuando la mujer llegó al domicilio encontró a sus hijos muertos. El sujeto los había ahogado uno por uno en la bañera.
Al llegar la policía también observó sangre, aparentemente de Jason, en toda la casa. El hombre había intentado quitarse la vida varias veces, pero no lo consiguió y, en cambio, huyó.
Jason fue arrestado después de que la policía iniciara una persecución que terminó en un accidente en un puente de la Interestatal 80 en Joliet, Illinois.
“Dijo que intentó suicidarse varias veces después de la muerte de los niños, pero no tuvo éxito durante estos intentos”, señaló el jefe de policía de Round Lake Beach, Gilbert Rivera.
El homicida fue hospitalizado por las heridas en su cuerpo, pero fue dado de alta el mismo día.
Un pariente de Jason afirmó que el hombre sufre una enfermedad mental, pero nunca intentó buscar ayuda profesional, por lo que Debra decidió iniciar el proceso de divorcio. Según detalló, la mujer sufría abuso físico.
La próxima audiencia de Jason en la corte está programada para el próximo 13 de julio, mencionó el fiscal Jeff Fackham.