A lo largo del mundo existen amuletos de la suerte, cada uno con sus propias características y orígenes. La globalización permitió que muchos de ellos llegasen a nuevos hogares, cobijados bajo ilusiones advenedizas y, en la actualidad, decoran paredes, techos y árboles sin fronteras. El portal Infobae.com revela cuáles son los más comunes.
De un tiempo a esta parte, estos gatitos de la fortuna pueden apreciarse en miles de negocios del mundo y al igual que en Japón, su país de origen, se colocan en las entradas de los comercios, sin importar el rubro.
La escultura nace a partir de una leyenda japonesa en la que un gato de la raza nipona bobtail, le salva la vida a un comerciante rico, que estaba atrapado en una tormenta, en el siglo XVII. Maneki es un derivado del verbo maneku, que en japonés significa “invitar a pasar”, mientras que Neko es “gato”. El gato, a pesar de lo que muchos creen, no está saludando, sino invitando a pasar al establecimiento y según la mano que levante tiene distintos significados: la pata derecha busca atraer prosperidad y dinero; la izquierda atraer visitas y ambas patas, proteger al hogar o negocio.
La carpa es una comida muy tradicional durante la cena de navidad y año nuevo en muchos países de Europa Central. En países como Polonia y Alemania existe la tradición que luego de la cena, se cortan un par de escamas y se guardan en la billetera, hasta la próxima vez que se realice el encuentro.
Las estatuas de elefante son muy populares y un símbolo de fuerza, potencia, estabilidad y sabiduría. Según la superstición popular siempre deben enfrentar la puerta para atraer buena suerte. Tienen una función similar a los Maneki-Neko, pero a la inversa. En vez de llamar a la fortuna, son colocados en las entradas de los negocios y casas, para que puedan disuadir a la mala suerte de ingresar.
Al principio fueron utilizados como una manera de marcar territorio, para delimitar las zonas donde los vacunos iban a procrearse y así advertir a los desprevenidos. Pero con el tiempo fue tomando nuevos significados y, en la actualidad, se los asocia a la protección, felicidad y fertilidad en la vida matrimonial. Esta pieza de cerámica puede apreciarse en techos o entradas de muchos de los pueblos sureños andinos del Perú, siendo la provincia de Puno donde tienen mayor popularidad.
Este símbolo es tradicional en las culturas musulmanas y judías sefardíes, donde posee el mismo significado: “cinco”. El amuleto, también conocido como “la mano de Dios”, proviene desde la antigüedad y se puede apreciar en la iconografía judía ya a partir de 244 D.C. en los frescos parietales de la Sinagoga de Dura Europos. Según los especialistas, la mano protege del mal al detenerlo con la palma de la mano, previene las enfermedades y atrae la buena suerte.
¿Para arriba o para abajo? Esa es la cuestión de este amuleto, que se utiliza para ahuyentar el mal de ojo. La superstición creció de la mano de la leyenda de San Dunstan, quien era herrero antes de convertirse en arzobispo de Canterbury.
La leyenda narra que el diablo entró en la tienda de Dunstan y le pidió que le pusiese una herradura a su caballo. Dunstan fingió no reconocerlo y lo hizo; pero en lugar de clavarla en la pata del animal lo hizo en el pie del demonio. Dunstan accedió a retirarla, aunque solo después de que le prometiera que nunca entraría en un hogar con una herradura clavada en la puerta.
Este talismán tiene su origen en el pueblo nativo ojibwa o chippewa, en el norte de Estados Unidos. Durante el movimiento Pan-Indio, en la década de los 60 y 70, su popularidad se extendió a otros pueblos originarios de la región, quienes comenzaron a realizar sus propias versiones.
Como su nombre lo indica, tiene como función filtrar los sueños. Se cuelga cerca de una cama o arriba de la cabecera para proteger -especialmente a los niños- de las pesadillas y los terrores nocturnos.
Los chinos aspiran a cumplir tres metas en la vida: felicidad, éxito profesional o prosperidad y longevidad. La tradición viene desde la era Ming, cuando las estrellas Fú, Lù y Shòu comenzaron a ser consideradas como la representación de estos tres objetivos y tomadas por Dioses.
Existe documentación sobre su uso por los etruscos, en la era romana, cuando representaban los genitales femeninos como signo de fertilidad. En países como Italia o Turquía el “puño” es considerado un gesto ofensivo, pero en Brasil se considera que tiene la capacidad de captar toda la buena suerte que su poseedor no tuvo hasta el momento de adquirirla.
Uno de los talismanes más populares alrededor del mundo, incluyendo Europa, China, África y América del Norte y del Sur. Según los historiadores existe desde el año 600 AC entre los pueblos celtas, que consideraban que todo el animal traía buena suerte, ya que como vivían en madrigueras bajo tierra estaban en comunicación directa con los dioses y los espíritus del inframundo.
Es una figura característica del altiplano andino, que recibe tributos en Bolivia, Perú, norte de Chile y Argentina, como también en el oriente de Venezuela, donde se lo conoce como Don Juan del Dinero. Según los historiadores, la leyenda comenzó en la cultura Tiahuanaco, Bolivia, y tras la conquista española fue adaptado por aimaras e incas.
Está asociado a la fertilidad, la buena suerte, la abundancia y alegría. Va cargado de morrales con alimentos y otros bienes, le falta una sandalia y se le tributan ofrendas, como dinero o prenderle un cigarrillo en la boca.
Este insecto aparece en jeroglíficos, estatuas y esculturas desde el Antiguo Egipto. Su forma se relacionaba con el dios Jeprien (cuerpo humano y cara de escarabajo), aunque está más asociada al escarabajo como el Ra, creador del universo. Según la creencia popular actual el amuleto se especializa en proteger contra las enfermedades y la muerte. Además, en caso de que la muerte llegase, se colocaba en las momias como signo de resurrección.
Sus orígenes no son del todo ciertos, aunque se especula que fue en la región de Asia Central, cuando el tengrianismo era la principal religión. Otros aseguran que surgió durante el Imperio Otomano y que eso explica por qué es tan popular en Turquía, Rumania, Albania, Bosnia Herzegovina, Grecia, Chipre y Siria, entre otros tantos países. Su popularidad creció en el planeta, a partir de ser unos de los souvenires preferidos de los turistas. ¿Su función? El amuleto sirve para protegerse del mal de ojo.
La estatuilla de madera es otro de los souvenirs preferidos de los turistas, pero esta vez de los que visitan Suecia. Nació como un juguete para niños en la provincia de Dalecarlia y existen algunos sobrevivientes con 400 años de antigüedad. Está asociado con la fuerza, la fidelidad, la sabiduría y la dignidad.
Dicen los historiadores que durante la conquista normanda (S. XI), los ingleses llevaban bellotas secas para protegerse de las brutalidades del día. A partir de allí, el fruto comenzó a ser considerado como un emblema de suerte, prosperidad, juventud y poder. Además, simboliza el crecimiento espiritual.
Estas pequeñas y coloridas muñecas son realizadas en manera artesanal en Guatemala. Generalmente se utilizan para que los niños con problemas para dormir, les confiesen sus temores y ellas se encargan de guardarlo debajo de la almohada.
La tradición marca que las muñecas desaparecen con las preocupaciones, por lo que es común que durante la noche los padres retiren el juguete de la cama, para que los chicos entiendan que sus problemas se han ido.
Es un cuchillo ceremonial, que fue utilizado en el Antiguo Perú por las culturas Moche, Chimú e Inca. Tenía un papel principal durante el Inti Raymi, cuando el sacerdote supremo sacrificaba una llama con él. El rito se celebraba al final del periodo de cosecha y daba las gracias a la divinidad por las bonanzas y adoraba al sol para que diese una cosecha buena, para la próxima estación. Hoy es un símbolo de Perú y se cuelga en las casas para atraer la buena suerte, la abundancia y alejar el mal.