El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ratificó este viernes que el suyo es el Gobierno del “cambio”, al encabezar la primera reunión con todo el equipo de su Administración, que tuvo lugar en Hato Grande, la hacienda presidencial situada en las afueras de Bogotá.
“El legado que queremos dejar al final de este esfuerzo, la coherencia que queremos construir en el diario quehacer, el eje vertebrador entre un gabinete diverso, es el cambio de Colombia”, dijo Petro.
El mandatario añadió que a su Gobierno lo pueden criticar si hace los cambios que prometió en su campaña electoral o si no los hace, “pero yo prefiero que nos critiquen por hacer el cambio”, dijo.
“Es la primera reunión donde prácticamente reunimos a todo el Gobierno”, declaró Petro, quien agregó que fue un encuentro de “planeación estratégica”, al que acudieron los ministros, otros altos funcionarios y la vicepresidenta, Francia Márquez, a quien se ha visto en pocos actos junto a Petro desde la toma de posesión.
“Seguimos trabajando por la justicia social, étnica, de género, ambiental y económica. Con el gabinete de Gobierno (...) evaluamos los avances y desafíos que tenemos para garantizar un país con dignidad y paz total”, expresó Márquez en un mensaje en su cuenta de Twitter.
COHERENCIA Y REFORMAS
Para Petro, el engranaje del Gobierno es fundamental y, a pesar de la diversidad de asuntos que cada ministro tiene en su agenda, se logró “unificar un mensaje coherente que sigue siendo el mismo por el cual nosotros llegamos a ser Gobierno: el cambio”.
En este sentido, insistió en que el eje central de su Administración es que van a “cambiar políticas públicas, concepciones que ya no sirven para el siglo XXI, que se quedaron atrás, que nos están destruyendo como sociedad e incluso como naturaleza”.
El Gobierno de Petro ha presentado en las últimas semanas dos de sus proyectos más ambiciosos, que han sido recibidos de forma agridulce en la sociedad colombiana: la reforma tributaria y la reforma agraria.
Otra de sus grandes promesas, y que ya ha adelantado que guiará su actuar desde la Casa de Nariño, es la política de “paz total” con la que pretende poner fin al conflicto y la violencia que todavía persisten en el país y para lo que ya ha adelantado conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y con disidencias de las FARC.
A la espera de que las reformas obtengan la luz verde del Congreso, esta misma semana se vivió la primera protesta contra las políticas gubernamentales en las calles de las principales ciudades de Colombia.
Fuente: EFE