Activistas por los derechos civiles de Estados Unidos iniciaron este sábado una marcha de siete días en reclamo de una profunda reforma de la policía y de denuncia del gran jurado que rechazó inculpar a un oficial blanco que mató a un adolescente negro desarmado en agosto pasado en la localidad de Ferguson.
La Asociación Nacional por el Progreso de la Población de Color (National Association for the Advancement of Colored People, NAACP) organiza la marcha de 120 millas (192 kilómetros) “Jornada por la Justicia”, desde Ferguson (Misuri, centro), el suburbio de la ciudad de San Luis donde el joven negro Michael Brown fue muerto el 9 de agosto, hasta Jefferson City, la capital del estado.
Un grupo de unos 100 marchistas, que aspiran a sumar miles más en el transcurso de la caminata, reclaman la destitución del jefe de policía, reformas de fondo en la policía y medidas contra el racismo en las fuerzas del orden.
“Lucharemos hasta que el infierno se congele y entonces vamos a luchar en el hielo”, dijo el presidente del NAACP Cornell William Brooks durante un apasionado servicio religioso en la Washington Metropolitan A.M.E. Zion Church de San Luis.
“Lo que estamos tratando de hacer aquí es buscar la justicia, así como una reforma sistémica fundamental de la policía reclamada por una comunidad indignada”, dijo Brooks a la prensa.
Quince personas fueron arrestadas la noche del viernes en Ferguson durante nuevas manifestaciones en protesta por la liberación de Darren Wilson, el policía blanco que mató a Brown.
Estos arrestos fueron realizados luego de que manifestantes forzaran a un centro comercial de San Luis a cerrar durante dos horas el viernes, en medio de la jornada de saldos del llamado “Black Friday”, exigiendo un boicot en memoria del joven abatido por la policía.