Las migraciones como consecuencia del cambio climático ya comenzaron, advirtió hoy en Colombia el experto estadounidense John Short, quien aseguró que el mundo no está preparado para los efectos del calentamiento global.
“La migración de personas por el cambio climático ya inició. En Bangladesh, por ejemplo, existen refugiados del cambio climático que han abandonado sus hogares en lugares rurales debido a que ya no pueden coexistir con un entorno climático tan agresivo”, dijo el especialista en una entrevista con Efe.
Short, doctor de la británica Universidad de Bristol y experto en problemas urbanos, geografía, asuntos medioambientales y globalización, señaló que los cambios en la naturaleza “se convertirán (en) la nueva normalidad para los seres en el planeta”.
Como parte de su teoría sobre el cambio climático sobre la que disertó en la universidad Icesi, de la ciudad colombiana de Cali (oeste), el investigador indicó que esta “nueva normalidad” traerá consigo éxodos hacia las ciudades importantes, que se muestran como una opción de sobrevivencia para quienes viven en las zonas más apartadas.
“Ninguna ciudad está preparada para una migración imprevista como puede ser la que genera el cambio climático”, señaló el experto, quien apuntó que estos nuevos migrantes “son grupos con limitaciones económicas”, lo que complica su adaptación al entorno urbano.
El camino que señala el profesor estadounidense para enfrentar el cambio climático lo componen la adaptación y la mitigación.
El primer término alude a “cómo los seres humanos podemos habituar el entorno artificial, a la nueva normalidad”, detalló Short, quien describió la mitigación como los “actos para apaciguar los efectos del cambio climático”.
Como ejemplos de mitigación, el experto mencionó las fuentes alternativas de energía como la eólica, usada por países como España y Dinamarca.
No obstante, indicó que “estas opciones están siendo opacadas por la actual situación del precio del petróleo, que ha disminuido bastante”.
También se refirió a los “techos verdes”, como se conoce a la vegetación sembrada sobre las instalaciones para reducir los residuos que van a parar a la capa de ozono.
En cuanto a la adaptación, Short explicó que es un proceso más complicado, puesto que la “nueva normalidad” es diferente en cada parte del mundo y exige más recursos.
“El problema es que no sabemos con exactitud cómo será el cambio en cada lugar del mundo”, aseveró.