Una niña de 8 años y una joven de 18, ambas británicas, son las primeras víctimas mortales identificadas hoy del atentado suicida que mató a 22 personas anoche tras un concierto en Manchester de la cantante Ariana Grande. El ataque fue reivindicado hoy por el grupo terrorista Estado Islámico al afirmar que un “soldado del califato” colocó “varios paquetes bomba” en varias concentraciones de “cruzados” en la ciudad británica.
La niña Saffie R. R había asistido al concierto en el Manchester Arena con su madre, Lisa R., cuando un terrorista hizo estallar un artefacto de fabricación casera, según han confirmado las autoridades del condado de Lancashire, al norte de Inglaterra.
El director de la escuela primaria a la que asistía la menor, Chris Upton, la describió como “simplemente una maravillosa niña pequeña”. “La quería todo el mundo. Su calidez y amabilidad se recordarán con cariño. Saffie era callada y modesta, con un toque creativo”, dijo Upton, que describió la muerte de Saffie R. R. como una “tremenda conmoción”.
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El diario local “Manchester Evening News” ha recaudado cerca de 200.000 libras (230.000 euros) en una campaña a través de internet para ayudar a la familia de Callander.
El ataque de Manchester es el más grave en el Reino Unido desde julio de 2005 cuando una serie de atentados suicida dejó un saldo de 52 muertos, entre ellos cuatro kamikazes, y 700 heridos en el metro y un autobús de Londres.
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