El papa Francisco ha contribuido, a través de los fondos de la Limosneria apostólica, a mantener la playa de “La Madonnina” en la localidad de Fiumicino, cerca de Roma, donde pueden acceder y encontrar ayuda personas con algún tipo de discapacidad. La asociación italiana “Opera San Luigi Gonzaga” informó hoy en un comunicado de que el limosnero papal, Konrad Krajewski, les donó una contribución para sus proyectos con chicos con discapacidades y entre ellos se pagó el alquiler anual que cuesta la playa privada de “La Madonnina”.
Esta playa, que como muchas del litoral del Lacio son privadas, se encuentra en Focene, en Fiumicino, y cuenta con todas los accesos y servicios para discapacitados, un equipo médico, así como con un grupo de voluntarios que se ocupan de la adecuada acogida a estas personas. Entre ellos, personal procedente de la Federación Italiana de Natación Paralímpica que ayuda a las personas que lo necesiten a darse un baño en el mar.
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La asociación puntualiza que no se trata de una “playa gueto”, sino una playa pensada para eliminar cualquier tipo de barrera arquitectónica y mental. En la carta en la que se comunica la donación, se explica que el papa también ha enviado la bendición a todos los voluntarios y en manera especial a las personas con discapacidades y a sus familias.
Desde el año pasado también gracias a una iniciativa de la Limosnería apostólica, algunos de los sintecho que viven en Roma y en las inmediaciones de la plaza de San Pedro pudieron pasar una tarde en las playas del litoral romano. Los grupos de personas sin hogar viajan en autobús, se les entrega ropa de baño y una toalla y la jornada concluye con una pizza en un restaurante próximo.
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