Rania Abu Anza esconde su rostro lleno de lágrimas, devastada tras perder a sus bebés mellizos fallecidos en un bombardeo en Gaza, a unos metros de unos hombres que siguen buscando este domingo a sobrevivientes entre los escombros de su casa destrozada.
Esta mujer palestina contó que tuvo que someterse a múltiples tratamientos de fertilidad para lograr ser madre, un largo anhelo que terminó con la ofensiva israelí en la Franja de Gaza contra el movimiento islamista Hamás.
“¿Quién me llamará madre ahora? ¿Quién me llamará madre?”, dijo entre sollozos, abrazando a sus bebés sin vida. El rostro de uno de ellos aún estaba salpicado de sangre.
Según el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, Wisam y Naim, que no tenían ni seis meses, se encuentran entre las 14 personas muertas por un bombardeo en la noche del sábado en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja, imputado a Israel.
Todos los fallecidos forman parte de la familia Abu Anza. Se suman a los cerca de 30.400 muertos, en su mayoría mujeres y menores, que según el Ministerio de Salud de Gaza han perecido desde que Israel inició su operación militar contra Hamás.
Esa ofensiva fue lanzada en respuesta al ataque que milicianos islamistas llevaron a cabo el 7 de octubre en el sur de Israel, causando al menos 1.160 muertos, según un recuento de la AFP basado en cifras oficiales israelíes.
La AFP contactó con el ejército israelí pero este declinó hacer comentarios sobre el bombardeo en Rafah.
“Todos eran niños”
Mientras Rania Abu Anza esperaba para enterrar a su hijo y a su hija, tras ella, entre los restos de su casa, los hombres gritaban nombres de otros familiares con la esperanza de que siguieran con vida: “¡Yaser! ¡Ahmed! ¡Sajar!”.
Israel afirma que su campaña busca eliminar a los combatientes de Hamás, pero Shehda Abu Anza explicó que la casa pertenecía a su tío, y aseguró que allí solo había civiles.
“Estaban durmiendo a las 11H00 de la noche. Todos eran niños. Honestamente, no había ninguna presencia militar en la casa, solo civiles”, sostuvo.
“Ningún soldado, solo civiles”, recalcó.
Otro familiar, Arafat Abu Anza, condenó la falta de herramientas para sacar a posibles sobrevivientes.
“Había quince personas en la casa (...) Estoy limpiando la zona. Estamos intentando sacar a la gente, ver dónde están. Se han derrumbado cuatro pisos”, explicó.
Cerca de 1,5 millones de palestinos han buscado refugio en Rafah, procedentes de otros puntos de la Franja. Llegaron aquí huyendo de los combates, alentados por el ejército israelí, que les aconsejó desplazarse hacia el sur.
Ahora, temen una ofensiva terrestre israelí contra la localidad, que podría cobrarse muchas vidas.
Los mediadores en el conflicto están intentando lograr una tregua que permita, al menos temporalmente, interrumpir los combates durante el mes sagrado musulmán del ramadán, que empieza el 10 o el 11 de marzo, dependiendo del calendario lunar.
Un dirigente de alto rango de Hamás dijo a la AFP que el movimiento envió una delegación a El Cairo, y un medio estatal egipcio indicó que a la capital llegaron enviados de Estados Unidos y de Catar para participar en unas conversaciones este domingo.
Pero, para Rania Abu Anza, cualquier acuerdo de tregua llegará demasiado tarde.
Cuando le dijeron que sus pequeños habían muerto, Rania empezó a gritar: ‘¡Mis hijos, mis hijos!’”, relató. “Le pedí a los rescatistas que buscaran a mis niños entre los escombros. Los sacaron. Me dijeron: ‘Tus hijos están muertos’”.