El alcalde de Río de Janeiro, Marcelo Crivella, un expastor evangélico, fue detenido y destituido de su cargo este martes por su presunta implicación en un esquema de sobornos, en un nuevo episodio de corrupción en la ciudad “tarjeta postal” de Brasil.
A nueve días de terminar su mandato, Crivella fue detenido poco antes de las 06:00 de la mañana en su casa del acomodado barrio de Barra de Tijuca, según mostraron imágenes de la televisión GloboNews.
La jueza Rosa Helena Penna Macedo Guita, del Tribunal de Justicia de Rio de Janeiro, determinó igualmente la destitución de Crivella, a quien apunta como “jefe de una organización criminal (...) instalada en el ámbito de la Alcaldía de Rio con la finalidad de obtener ganancias ilícitas de las más variadas formas”.
Antes de ingresar en la sede de la Policía Civil, el edil, de 63 años, se dijo blanco de una “persecución política”.
“Fui el alcalde que más actuó contra la corrupción en Rio de Janeiro. Pido justicia”, agregó Crivella, derrotado en las elecciones de noviembre tras una agresiva campaña en la cual recibió el apoyo del presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro.
En el mismo operativo fueron detenidas otras cinco personas, entre ellas el empresario Rafael Alves, presunto organizador del esquema y hermano de Marcelo Alves, expresidente de la agencia municipal de turismo Riotur.
También fue detenido Mauro Macedo, extesorero de las campañas de Crivella y primo de Edir Macedo, fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD, neopentecostal), de quien Crivella es sobrino.
Según la investigación, que empezó en 2018 con la delación de un cambista, empresas que querían cerrar contratos con Riotur daban cheques al empresario Rafael Alves.
La magistrada Macedo Guita pidió prisión preventiva para todos los acusados, que declararán en una audiencia la tarde de este martes.
Un mandato polémico
El alcalde de la “cidade maravilhosa” termina de este modo su mandato marcado por innumerables polémicas, dado que el 1 de enero cederá el cargo a Eduardo Paes (MDB, centro-derecha), quien lo derrotó por casi 30 puntos de ventaja (64% a 36&).
En el último debate de la campaña, Crivella insistió en que Paes iría inevitablemente a la cárcel por supuestos hechos de corrupción.
Durante todo su mandato, Crivella fue objeto de varios procedimientos de destitución en el legislativo municipal, por malas prácticas y gestión deficiente.
El último fue motivado por un escándalo denunciado por TV Globo y apodado “Guardianes de Crivella”, un grupo de funcionarios públicos que intimidaban a los periodistas mientras hacían reportajes frente a los hospitales municipales desbordados por la pandemia de coronavirus.
El estado de Río, con su capital homónima de 6,7 millones de habitantes, es proporcionalmente el más afectado por la pandemia que ya dejó más de 187.000 muertos en Brasil.
Crivella también fue acusado de mezclar política y religión y de favorecer a los miembros de su iglesia.
En julio de 2018, según el diario O Globo, prometió durante un encuentro con pastores evangélicos que los fieles de la IURD tendrían prioridad para ser operados de cataratas en clínicas municipales.
La Fiscalía abrió recientemente una investigación por presunto uso de la Iglesia Universal para lavar dinero procedente de la corrupción.
En su gestión, Crivella dio la espalda a grandes eventos turísticos marcados por los excesos de alcohol y la sensualidad, como el carnaval, un imán de divisas.
Crivella será reemplazado por el presidente de la Cámara Municipal, Jorge Felipe (DEM, centro-derecha) hasta que Paes asuma.
Corrupción crónica
Esta detención suma otro oscuro episodio al historial del estado de Río de Janeiro, de 16,5 millones de habitantes, virtualmente quebrado y en permanente crisis de seguridad.
Actualmente el gobernador, Wilson Witzel, está destituido temporalmente por sospechas de corrupción en el área de la salud en plena pandemia de coronavirus.
Con Witzel, cinco de los seis gobernadores de Río en funciones desde 1998 han tenido problemas con la justicia, y cuatro de ellos fueron presos en algún momento.
El caso más emblemático es el de Sergio Cabral (2007-2014), preso desde 2016 y condenado a cerca de 300 años de cárcel en diferentes casos de corrupción, incluido uno relacionado con las obras de remodelación del estadio Maracaná para el Mundial de 2014.
Fuente: AFP