El presidente interino de Brasil, Michel Temer, afirmó hoy que, desde el pasado 12 de mayo, cuando asumió el poder en sustitución de Dilma Rousseff, la economía del país ha comenzado a dar “señales de recuperación”.
Temer se pronunció así en una nota divulgada por el Gobierno hoy, casi en vísperas de que, el próximo jueves, el Senado inicie la fase final del juicio político que enfrenta la mandataria, suspendida de sus funciones, y decida sobre su eventual destitución.
Según esa nota, “termómetros importantes, que muestran cómo está la salud de un país, como son la tasa de riesgo, indicadores de confianza de las empresas y las familias, sugieren que Brasil está otra vez en los rieles del crecimiento”, sobre el cual aseguró que será retomado en 2017, con una expansión de 1,6 %.
Añade que “las empresas que forman el principal indicador de la Bolsa de Sao Paulo han tenido ganancias expresivas desde que el Gobierno interino asumió”.
También sostiene que el Gobierno ha recuperado la “armonía” de la relación con el Parlamento y que “muy importantes materias” han sido aprobadas en las cámaras legislativas.
Entre ellas, cita la modificación de la meta de déficit que se esperaba para este año, que ha sido elevada a 170.000 millones de reales (unos 53.000 millones de dólares), que “ha dado realismo a las cuentas públicas”.
Asimismo, hace referencia a una propuesta de limitar el aumento anual del gasto público en función de la tasa de inflación que se registre el año anterior, la cual considera “una primera reforma estructural” que obligará al Gobierno a ser más eficiente con el dinero público.
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