Al menos 51 personas murieron el sábado por la noche, cuando un niño de entre 12 y 14 años perpetró un atentado suicida contra los invitados a una boda que bailaban en la calle en la ciudad turca de Gaziantep, junto a la frontera siria, informó el presidente turco.
El ataque fue el más letal en lo que va de año en Turquía y el presidente Tayyip Erdogan dijo el domingo que fue perpetrado probablemente por militantes locales y procedentes de Siria.
“Las evidencias iniciales indican que fue un ataque del Daesh”, comentó Erdogan, usando un nombre árabe para el grupo radical suní, durante una visita a Gaziantep tras el ataque. Agregó que hay 69 personas en el hospital y que 17 están “gravemente heridas”.
Estado Islámico ha sido culpado por otros ataques en Turquía, que han tenido como objetivo frecuente grandes concentraciones de kurdos, en un intento por disparar las tensiones étnicas. La mayor masacre ocurrió en octubre, cuando atacantes suicidas mataron a más de 100 personas en una concentración de activistas prokurdos y sindicalistas en Ankara.
La fiesta nupcial del sábado era en honor de un miembro del prokurdo Partido Democrático Popular y el novio fue uno de los heridos, señaló. La novia resultó ilesa, según un funcionario local.
Las celebraciones estaban terminando con la tradicional noche de fiesta de la “henna”, en la que los invitados reciben una pintura decorativa en sus manos y pies. Algunas familias se habían ido ya cuando explotó la bomba, pero entre los muertos había mujeres y niños, según los testigos.
Las paredes del estrecho pasillo donde ocurrió la explosión estaban llenas de sangre y quemaduras. Mujeres vestidas de blanco lloraban, sentadas con las piernas cruzadas fuera de la morgue a la espera de noticias de sus familiares.
“La fiesta llegaba a su fin cuando se produjo una explosión inmensa entre la gente que estaba bailando”, dijo Veli Can, de 25 años. “Había sangre y partes humanas esparcidas por todas partes”. (Reuters)