Al menos 20.000 niños se encuentran atrapados en la ciudad de Faluya donde el Ejército iraquí ha lanzado una ofensiva para intentar arrebatársela al grupo terrorista Estado Islámico, que la controlan desde principios de 2014, según informó hoy UNICEF.
En un comunicado, el organismo de la ONU para la protección de los derechos la infancia advirtió de que los civiles “se están quedando sin comida y medicina y el agua escasea”.
“Desde el comienzo de la operación militar contra Faluya, muy pocas familias han podido salir”, subrayó UNICEF, antes de indicar que la mayoría de las personas que lo han logrado han sido ubicadas en dos campamentos de desplazados, aunque una minoría ha buscado refugio con familiares.
El pasado 23 de mayo, el Ejército iraquí apoyado por la aviación de la coalición internacional encabezada por Estados Unidos y milicias gubernamentales, comenzó una amplia ofensiva contra la ciudad, situada a unos 50 kilómetros al este de Bagdad.
Tanto la comandancia del Ejército como el primer ministro Haidar al Abadi han hecho varios llamamientos desde entonces para que la población abandone la ciudad a través de corredores humanitarios abiertos por las fuerzas de seguridad.
Sin embargo, según el relato de UNICEF, no parece que este plan para evacuar a los civiles haya tenido éxito hasta el momento.
“Mientras la violencia continúa aumentando en Faluya y en todo Irak, estamos preocupados por la protección de los niños ante la extrema violencia”, aseguró hoy UNICEF que también advirtió sobre el el riesgo de que los menores sean reclutados forzosamente o separados de sus familias.
“Los niños que son reclutados forzosamente para la lucha ven sus vidas y futuros comprometidos, al ser forzados a llevar y usar armas y a luchar en una guerra de adultos”, subrayó la nota de la organización internacional.
UNICEF hizo también un llamamiento a todas las partes para proteger a los niños de la ciudad asediada y para que se provean pasos seguros a todos aquellos que quieran abandonar la ciudad.
La ofensiva contra Faluya, el segundo bastión más importante del Estado Islámico en Irak, después de Mosul, entró este domingo en su tercera fase con el asalto al núcleo urbano de la ciudad, donde las tropas leales a Bagdad se han encontrado con una férrea resistencia por parte de los extremistas armados.