El Congreso descartó las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, las PASO, que estaban vigentes desde 2019, como parte de la reforma electoral que impulsó la Comisión Tuesta durante el gobierno de Martín Vizcarra. En las PASO los partidos políticos presentan listas de precandidatos para competir dentro de sus propias agrupaciones. Los ciudadanos participan votando para definir los representantes oficiales de los partidos. Cualquier ciudadano puede votar independientemente de su afiliación política y se llevan a cabo simultáneamente en todo el país, en un mismo día, obligatoria para los mayores de 18 años y menores de 70. Es una instancia previa que permite evaluar el apoyo popular antes de la elección principal, pero implican un gasto significativo asociado a elecciones que no siempre determinan cambios sustanciales en los partidos. En Argentina fueron cuestionadas por la participación ajena a la militancia propia, lo que distorsiona los juegos de poder internos. Este descarte parlamentario trae la responsabilidad de afrontar la consolidación de los partidos políticos que, en toda la región, representan un desafío complejo y multifacético. Estamos a la espera de la verdadera reforma electoral que garantice la mejor representación y facilite la competencia justa. Solo instituciones políticas fuertes dan legitimidad a los procesos electorales con la mejor elección de líderes confiables. Este cambio de la Ley 28094, Ley de Organizaciones Políticas, permitirá que los partidos políticos seleccionen sus candidatos en un proceso electoral que podrá darse, a través de delegados o directamente, siempre por voto universal, libre, igual y secreto de sus afiliados. Buena decisión para la independencia de los partidos que avanzarán en sus mecanismos propios de organización y participación.
A consolidar los partidos por María del Pilar Tello (OPINIÓN)
Columna de opinión.