¿Un juez puede enmendarle la plana al Congreso? Algunos juristas insisten en que no debe haber interferencia de poderes, mientras otros argumentan que el Poder Judicial está en capacidad de bloquear cualquier ley que escape al marco legal. Tal es el caso de la modificadora de la reforma de la Sunedu.
Las universidades son fueros autónomos en gestión y gasto presupuestal; sin embargo, la creación de la Sunedu significó ponerle cascabel al gato. Por un lado, estas casas de estudios se allanaban a las decisiones del organismo supervisor, controlado por el Ejecutivo; por el otro, a contraparte, se busca darle garantía a la calidad educativa.
Es cierto, un buen número de universitarias se convirtieron en cajas chicas de agrupaciones políticas, con estados financieros manejados al antojo por sus dueños, derivando cierta cantidad de dinero a préstamos personales o partidarios en lugar de inyectar recursos a sus investigaciones científicas e invertir en infraestructura.
De esta manera, algunos propietarios de universidades, así como sus rectores, confundieron la autonomía con falta de discreción en sus gastos; mientras otros creyeron que su independencia era la ausencia de control de parte del estado. ¿No estuvo bien acaso que las universidades despilfarradoras o estafadoras entraran en vereda?
La rectora de la UNMSM, Jeri Ramón, ya advirtió que le hará caso a la ley promovida por el Congreso, para elegir a sus representantes ante Sunedu, y no a la decisión de un juez de no acatarla. Y, sin más, esperará a algún fallo del Tribunal Constitucional para cambiar de postura. En este choque de poderes, reza el refrán: “A río revuelto…”