Solo en un Congreso como el de nuestro país, un personaje tan oscuro, patético y de tan poco aporte como el legislador de Acción Popular Darwin Espinoza, puede permanecer en funciones y cobrando un sueldo de parte de todos los peruanos como si nada pasara.
El último sábado, diez inmuebles vinculados a este triste personaje han sido allanados por el Ministerio Público y la Policía Nacional. Antes ha sido sindicado como uno de “los niños” y hasta ha sido acusado de usar recursos públicos para la formación de un partido en la región Áncash.
Espinoza representa “muy bien” a la política actual, pues el hombre actúa con total impunidad al amparo de un Congreso donde sobran los pillos, sinvergüenzas y delincuentes de todo calibre. Lo único que falta es que anuncie sus intenciones de postular al Senado en el 2026. No nos sorprendamos si eso sucede.
Acá la responsabilidad de que Espinoza y “los niños” existan en la política, es de agrupaciones como Acción Popular, ya famosa por llenar este Congreso de impresentables, y del propio elector que con su voto coloca en un escaño a gente que dudosa y cuestionable que encima se indigna cuando le mencionan sus andanzas.