Con el lema “Maestros comprometidos con la esperanza de nuestro mundo” el Consorcio de Centros Educativos Católicos del Perú desarrolló la XXXIV Convención Nacional de Educación Católica, los días 10, 11, 12 y 13 de octubre del presente año 2021.La inauguración estuvo a cargo de la Hna. María Antonieta García Carrizales. Ha tenido como expositores, entre otros, al P. Luiz Fernando Klein, SJ con el tema “Educar es tarea de todos”; María Elena Hernández desde México con el tema “La evaluación formativa en un currículo por competencias”; y una interesante mesa de diálogo “El futuro de la educación básica: una mirada a mediano plazo” a cargo de Hugo Díaz, Santiago Cueto e Itziar Zubillaga .
Se me solicito dar una conferencia retadora –lo cual agradezco– titulada “Educar para la mente, el corazón y las manos” donde el papa Francisco propone dejar de lado una educación no solo basada en “resultados” y donde prima “la deshumanización”-
En lo que se refiere a “educar para la mente” hicimos hincapié en el desarrollo cognitivo de los diferentes grupos etarios, la importancia de desarrollar las capacidades mentales, las inteligencias múltiples, precisando que las inteligencias intrapersonal e interpersonal y que la “inteligencia emocional” no correspondían- en nuestra opinión- a la cognición sino, más bien, al desarrollo afectivo o socio-emocional que –desde mi lectura pedagógica– implicaba para el Papa “educar para el corazón” que involucra los vínculos y afectos, las emociones y los sentimientos, la espiritualidad, así como los valores y las actitudes. Precisamos que para “educar para las manos” teníamos que asumirla como para el desarrollo de todos los desempeños corporales que pertenecen al desarrollo cognitivo-cinestésico en una relación sincrónica entre los sentidos, los nervios, la médula, el cerebro y el sistema óseo-muscular.
Lo que prima en esta propuesta es que hay que “educar a la persona en toda su integralidad, como ser humano a lo largo de la vida”.