Ayer, en declaraciones a la prensa a su salida del Parlamento, la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, afirmó que “si para que se vaya (Pedro) Castillo nos tenemos que ir todos, nos vamos. No hay ningún problema”, en respuesta a los proyectos de ley que se presentaron -y luego retiraron- para adelantar las elecciones generales.
Más allá de las declaraciones de Alva, es necesario que las fuerzas del Parlamento pasen a la acción y se presente esta propuesta como una fórmula más para salir de la crisis en la que nos adentramos cada día que Pedro Castillo Terrones pasa como presidente de la República.
La gestión de Castillo no da para más, el país hace agua por todos lados y el presidente está empecinado en empujar una asamblea constituyente y un eventual cambio de la Constitución como si esto fuera a permitir, como por arte de magia, que desaparezcan todos los errores que han cometido él y sus designados desde que asumió el poder.
La política es la búsqueda del bien común por encima de los apetitos personales y está en manos de una oposición responsable que el país retome el rumbo, pero haciendo caso a aquellos que también los cuestionan.