Ante la Oficina Nacional de Procesos Electorales (Onpe) continúa la disputa de los votos, que dan margen de ventaja al candidato de Perú Libre, Pedro Castillo, sobre su rival de Fuerza Popular, Keiko Fujimori. Nada está dicho aún. Sin embargo, lo que es claro es que pase lo que pase al final, el ganador de esta contienda es el sentenciado por corrupción Vladimir Cerrón, quien de las pestilentes alcantarillas de los malos manejos de recursos públicos, ha saltado a las grandes ligas de la política.
Irónico que este ascenso de Cerrón desde el penal de Huamancaca hasta la primera división de la política nacional, haya venido impulsado por aquellos que por años no se cansaron de criticar a corruptos o presuntos corruptos que no eran de su agrado. Es evidente que su “cruzada” no era en favor de la decencia y el buen uso de los recursos de todos los peruanos, sino contra quienes política e ideológicamente estaban en la acera del frente.
Son los mismos que por ser líder –o cabecilla– de un partido “de izquierda”, se olvidaron, al menos por ahora, de sus posturas machistas y misóginas, las que también comparte con Castillo, aunque esto no es muy relevante, pues el hombre tiene “traductores” que luego salen a decir que no dijo lo que dijo, sino que en realidad es todo lo contrario. En la campaña hubo discursos e interpretaciones para todos los públicos.
A estas alturas hay que ser ciego, por usar otros términos, para creer que quien va a tomar las riendas del país, en caso gane Perú Libre, va a ser Castillo, un personaje que ni sabe cómo llegó a la segunda vuelta y que en todo momento fue llevado de las narices por su promotor y titiritero, al extremo que en el tramo final Cerrón salió de su escondite y encabezó el cierre de campaña en Lima. ¿Alguien puede pensar que se va a quedar en Huancayo viendo cómo, en caso de ganar, gobierna su pupilo?
Por ahora queda seguir esperando con calma los resultados oficiales, que no tendrían por qué haber demorado tanto de no haberse presentado tantas impugnaciones y observaciones que más bien parecen mañas de “viejo zorro” en el “arte” y la mañosería de complicar y enturbiar todo. ¿Quién será? Los peruanos que votaron por cualquiera de los dos candidatos, tienen que mantenerse vigilantes hasta el final.