El hecho que el presidente Pedro Castillo haya reclutado como ministro de Desarrollo Agrario y Riego a un personaje como Óscar Zea Chuquibambi, quien fue acusado de dos asesinatos en Puno en distintas etapas de su vida, y que su libertad fue obtenida a través de una dudosa absolución, no puede ser casualidad ni un “error” del régimen de Perú Libre.
Lo señalamos porque no es la primera vez que el presidente Castillo lleva a su gabinete gente realmente impresentable. Hemos tenido un acusado de cometer actos terroristas, un guerrillero vinculado al asesinato de un policía, un admiradores de senderistas, un agresores de mujeres, una expareja de un criminal del MRTA y hasta un charlatán y promotor de brebajes como ministro de Salud.
A eso se suman los prontuariados que frecuentaban la casa del pasaje Sarratea, por lo que nadie puede venir a decir acá que lo de Zea sea un error de verificación al momento de evaluar a los candidatos a ministro. Está en el ADN de este gobierno poner a gente de espanto, y esto es algo frente a lo cual el Congreso tiene que actuar con mayor energía.
Castillo y compañía se están burlando de todos nosotros bajo el argumento de que es “gente del pueblo”, lo cual es inaceptable.