Sin duda, el de ayer no ha sido un buen día para el presidente Pedro Castillo, pues por un lado, en la Comisión de Fiscalización del Congreso pasó de la condición de testigo a la de investigado por las reuniones clandestinas en el pasaje Sarratea, en Breña, mientras que de otro, en una audiencia de tutela de derechos para frenar las pesquisas en su contra, el fiscal supremo adjunto Samuel Rojas dijo que hay declaraciones que indican que Karelim López entregó dinero en efectivo al jefe de Estado.
Todo esto sucedía mientras en Cañete el mandatario aprovechaba para hacer demagogia ofreciendo ingreso libre a las universidades, para luego negarse a declarar a los periodistas presentes en esta actividad, algo que es característico de este gobernante al que nadie le ha dicho que parte de la democracia es rendir cuentas de sus actos y aclarar las dudas que existen en su contra no en una entrevista arreglada en la televisora estatal, sino ante medios independientes.
Según lo señalado por el fiscal López durante la accidentada audiencia de ayer, un testigo ha indicado que la lobista entregó 50 mil y 100 mil soles al mandatario en la calle Sarratea y en Palacio de Gobierno. Esto se suma a otro testimonio que indica que los 30 mil soles que entregó Zamir Villaverde al prófugo Juan Silva, tenían como destino final los bolsillos del presidente Castillo. Estamos ante imputaciones gravísimas que no pueden ser pasadas por agua tibia.
Deberían decirle al ministro de Cultura, Alejandro Salas, y a los otros escuderos y ayayeros del presidente Castillo, que esto no es invento de los medios ni de un grupo de congresistas. Esto ha sido mencionado en una diligencia por un fiscal supremo adjunto, así que mejor vayan buscando otro argumento para salir a hablar y tratar de retrasar la caída del mandatario que ni en su entrevista TV Perú ha sido capaz de aclarar las delicadas imputaciones en su contra.
Estoy seguro de que si el exministro Silva, Bruno Pacheco y el sobrino Fray Vásquez caen en manos de la Policía Nacional y abren la boca ante el Ministerio Público, estaríamos ante el fin del presidente Castillo y de todo su turbio gobierno. Por eso, queda clara la razón por la cual estos impresentables se mantienen prófugos e incluso se burlan de las autoridades a través de las redes sociales al sentirse muy seguros. ¿Hasta cuándo vamos a permitir esto?