La paulatina recuperación económica tras los peores meses de la pandemia que sigue cobrando víctimas, podría caer en un fuerte bache durante la campaña electoral que se nos viene, en que el populismo, la demagogia y el viejo arte de ofrecer hasta lo imposible serán una constante en la pugna por captar el voto de millones de peruanos golpeados por la descomunal crisis que ha puesto al país en boca del mundo entero.
Como hemos informado ayer en Correo, se nos viene una avalancha de candidatos presidenciales y ni qué decir de aquellos que sueñan con una curul en el Congreso. ¿Estarán en capacidad, todos ellos, de formular propuestas coherentes y responsables? Imposible. El populismo barato y las promesas electoreras de acuerdo al auditorio serán moneda corriente. Lo que vemos hoy en el Parlamento será llevado a la campaña.
El presidente Martín Vizcarra ha sido optimista al señalar que en 2021 el crecimiento del PBI podría ser del 10%. Ojalá. Sin embargo, habría que ver si llegaremos a esa cifra si casi la primera mitad de año el país vivirá en medio de la incertidumbre que generará esta campaña en que, por ejemplo, la izquierda tendrá como caballito de batalla el cambio de la Constitución para volver así volver a la nefasta economía estatista de los años 70 y 80.
Habría que ver si los empresarios locales se van a aventurar a invertir y generar empleo, en momentos que el país correrá el riesgo de caer en manos de un gobierno de entraña chavista dispuesto a regalar todo y expropiar la propiedad privada, o si existe la posibilidad de que triunfe el partido de Daniel Urresti y José Luna, que cuenta en sus filas con una congresista que llama a atacar bancos y que tiene ganas de “sublevarse” como lo hizo Sendero Luminoso.
Lo que vemos hoy en el Congreso, en que se ofrece a la gente la posibilidad de sacar fondos de las AFP y de la ONP, en que se anularon los peajes y hoy se busca perpetuar a las combis hasta el 2030 y congelar deudas bancarias entre privados, es apenas una pequeña muestra de los mamarrachos que podrían dominar la campaña que se nos viene. El populismo barato e irresponsable está vivito y coleando. Mucho cuidado.